Maestro Li», un profesor de arte chino que impartía cursos en internet, se convirtió en pocos meses en referencia obligada de la difusión de videos de las protestas sociales en un país donde la censura es omnipresente.
Sus seguidores pasaron de 150.000 el 23 de noviembre a 830.000 actualmente, gracias a su labor desde una ciudad de Italia cuyo nombre prefiere no revelar.
«Nunca me esperé esto», dice a la AFP este pintor de cuadros, de 30 años, que solo es conocido como «Teacher Li» en su cuenta de Twitter.
La explosión de su popularidad se dio con las manifestaciones contra la política de covid cero en China.
El fin de semana del 27 y 28 de noviembre hubo marchas en cinco grandes ciudades para expresar la indignación por un letal incendio en un hospital de Urumqi (noroeste). La tragedia fue imputada a las dificultades de los bomberos para acceder a zonas sometidas a restricciones por la pandemia.
Li cuenta que llegó a recibir 30 a 40 videos por segundo y que «era imposible tratarlos a todos».
Esas manifestaciones fueron «las primeras en treinta años» en China de semejante magnitud y toda una generación de jóvenes las vivió de manera «excitante y emocional», analiza.
Pasó ese día delante de su pantalla y publicó 399 mensajes.
Su acción permitió saber lo que estaba ocurriendo en el terreno, sobre todo teniendo en cuenta que los periodistas no tenían libertad para moverse a raíz de las medidas anti-covid.
Li afirma que sintió que tenía que estar a la altura de las circunstancias.
«Cuando ves a gente enarbolando una hoja en blanco, coreando consignas (…), todo lo que puedes hacer es mostrar su acción», explica.
– Bloqueado en redes chinas» –
Difundir esos videos brinda además a los manifestantes «una capa de protección, porque los están viendo en todo el mundo», afirma.
«No piensas en las consecuencias que puede tener para ti mismo, porque esa gente enfrenta amenazas más directas que tú».
Li se mudó a Italia hace pocos años para profundizar sus estudios y da cursos de dibujo y pintura por internet.
En su cuenta, su apodo aparece junto al dibujo de uno de los cuatro gatos con los cuales comparte su apartamento.
A inicios de año, su cuenta en Baidu (la red social china) fue suspendida durante 180 días. Trató de burlar la censura abriendo 52 cuentas, pero todas fueron canceladas, algunas en apenas 10 minutos.
Aun así, se negó a claudicar. «Expresarme es mi derecho», proclama. E ironiza: «Abrir 52 cuentas fue una forma de ‘performance’ artística».
A fines de abril, se resignó a orientarse hacia Twitter, que solo puede captarse en China a través de una conexión VPN, que oculta la identidad en línea del usuario.
En la red social estadounidense volvió a encontrar a muchos de sus 90.000 seguidores en Baidu.
– Una «presión enorme» –
Li publicó el 23 de noviembre videos de las protestas en Zhengzhou, sede de la mayor planta de fabricación de iPhone en China, propiedad del gigante tecnológico taiwanés Foxconn.
Al día siguiente, las protestas empezaron a cobrar mayor amplitud debido al incendio de Urumqi.
Los videos solo van acompañados por una breve descripción, con la precisión del lugar y la fecha en que fueron filmados.
Li considera que dejar hablar a las imágenes es la mejor manera de ganarse la confianza de los internautas chinos.
«La gente en China teme que se tergiversen sus opiniones. Temen que haya exageraciones, que sean mediatizadas o convertidas en rumores. Yo no hago eso», explica.
Entre sus detractores, algunos lo acusan de difamar o humillar a su país y otros lo ven como un colaborador del gobierno chino, afirmando que sus videos facilitan la identificación de los manifestantes.
Otras amenazas se dan fuera del ámbito virtual.
«La policía fue dos veces a mi casa [en China]. Sé que esto afecta a mi familia. A mí me afecta en la red. La presión es enorme», comenta.
Pero no piensa renunciar. «Esta cuenta es ahora muy importante, es una ventana para que en China se sepa lo que está ocurriendo en el país y una ventana para que los chinos del exterior y los extranjeros entiendan a China», proclama.
El artista e internauta considera que su acción ha contribuido a que el gobierno chino flexibilizara las restricciones anticovid y que por eso «vale la pena».
AFP