En un artículo del Diario de las Américas, la periodista Ibéyise Pacheco, hizo un análisis sobre Maikel Moreno, todavía juez del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), «pensó que perdería a su mujer».
La operación del 30 de abril de 2019 avanzó desde principios de ese año bajo el impulso del miedo de Maikel Moreno de perder a su mujer; expresa el artículo. Bajo tal vulnerabilidad comenzaron a tejerse los hilos de esa conspiración con Julio Borges desde Bogotá y con un enviado del entonces presidente del Tribunal Supremo de Justicia lo que resultó en un proyecto de transición de 15 puntos que llevaría a elecciones presidenciales en mayo de 2020. El texto fue conocido y discutido por el liderazgo opositor operativo en el gobierno interino y también por Estados Unidos. Como todos sabemos ese intento fracasó.
Maikel Moreno, todavía hoy juez y para entonces la cabeza del TSJ, había padecido la presión, pocas veces mencionada, que sufre la élite masculina de Miraflores como efecto de la riqueza súbita chavista. Se trata de creerse con derecho -casi obsesivo- de poseer a una mujer certificada por el concurso de belleza venezolano que más coronas internacionales y muchas alegrías ha traído al país. “Es más que tener un Ferrari”, llegaron a confesarme algunos funcionarios del régimen cuando escribí mi libro “Las Muñecas de la Corona”.
Así que sin sorpresas Maikel Moreno se prendó de Débora Menicucci, candidata que transitó el Miss Venezuela sin pena ni gloria en 2013 y que después Osmel Sousa -entonces presidente del concurso- impuso como Miss Venezuela Mundo 2014, donde tampoco clasificó, aunque hizo feliz a un hombre enamorado que quería complacer a su novia. El asunto terminó en boda en el 2015 y el matrimonio se mantiene con dos niñas. Tal vez Moreno se sienta ahora más seguro que en el 2019 cuando en reuniones políticas compartía su angustia y miedo de no poder mantener el elevado nivel de vida de su esposa, así como el riesgo de perder el dinero invertido en el “imperio” al permanecer unido al régimen de Nicolás Maduro.
Lo que cuidaba Moreno en 2019 ya alcanzaba un monto considerable. La acusación formal del Gran Jurado Federal en Miami contra él, conocida el pasado 26 de enero, calcula que entre 2014 y 2019 el expresidente del TSJ había recibido 10 millones de dólares obtenidos de lavar fondos a través de la extorsión. El texto legal da cuenta de gastos millonarios de propiedades en Italia, Estados Unidos y República Dominicana, obtenidas por un abanico de fórmulas de soborno en materia civil y penal, tal como el cobro por condenar a inocentes con variación de decisiones, así como por salvar en tribunales a sus amigos empresarios (entre los que destaca el dueño de Globovision, Raúl Gorrín), o para favorecer a contratistas del Estado venezolano. La decisión de autorizar la incautación de una planta automotriz de General Motors valorada en 100 millones de dólares, le dejó, según el expediente, un generoso porcentaje de participación por las ventas de la planta. También destaca el texto jurídico el detalle de 40 mil dólares que pagó al directivo de un concurso de belleza, y sí, todo apunta a Osmel Sousa, padrino de la primera hija de la pareja Moreno-Menicucci, e imagen frecuente en sus redes sociales como uno más de la familia.
Precisan fuentes venezolanas de inteligencia que Maikel Moreno es un hombre peligroso y celoso.
“Su impulsividad se extiende a su mujer”, asegura un funcionario de inteligencia a quien Moreno solicitó que diera seguimiento a su esposa. “Es un hombre muy celoso y no puede evitar que ella haga vida propia en el gimnasio, por ejemplo. Suele temer que le sea infiel por lo que garantiza que quien se atreva a acercársele se arrepienta”. Tal posible desencuentro parece haber sido superado puesto que Menicucci tiene a su nombre las villas en La Toscana en Italia y en La Romana en República Dominicana. Venezuela también ha sido objeto de inversión de la pareja con la compra de un edificio en Las Mercedes, Caracas, valorado en 1.3 millones de dólares.
El temor de Maikel Moreno que lo llevó a conspirar en 2019 cuando atisbó la posibilidad de que su fortuna se derrumbara como un castillo de naipes, reaparece con el escollo de esta acusación judicial de Estados Unidos, país al que engañó en esa ocasión, creía él que impunemente.
La traición, suficientemente explicada a sus amigos Nicolás Maduro y Cilia Flores, lo mantuvo presidiendo el TSJ y luego con el control de las mafias de tribunales bajo la legendaria banda de Los Enanos. Además, hasta esta fecha ha sido firme aspirante para sustituir a Tarek William Saab en la Fiscalía.
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