Al menos 75 civiles murieron y más de 200.000 personas fueron desplazadas como consecuencia de los combates lanzados el mes pasado contra el ejército birmano por una alianza de grupos étnicos minoritarios, informó el miércoles la ONU.
«Los primeros informes sobre el terreno indican que 75 civiles, incluidos niños, perdieron la vida y 94 personas resultaron heridas», dijo la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas en un comunicado.
«Desde el 14 de noviembre, más de 200.000 personas» en los estados de Shan, Chin, Kayah, Mon y en la región de Sagaing fueron «desplazadas por la fuerza a causa de los combates», añadió.
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Los combates estallaron el 27 de octubre en el norte del estado de Shan, cerca de la frontera con China, en un ataque lanzado por una unión formada por el Ejército de Liberación Nacional Taaung, el Ejército de Arakan y la Alianza Democrática Nacional de Birmania.
Esta ofensiva representa para los generales en el poder una amenaza militar de una magnitud inédita desde el golpe de estado de 2021, según los analistas.
Estos grupos reivindican la toma de decenas de posiciones militares y varias carreteras, así como la ciudad fronteriza de Chinshwehaw, estratégica para los intercambios con China, principal socio comercial de Birmania.
El régimen militar admitió haber perdido terreno, pero calificó de «propaganda» las afirmaciones de la alianza según las cuales se había apoderado de ciudades en el norte del estado de Shan (norte).
AFP