El temor al incremento de la migración venezolana crece en todos los gobiernos y los analistas, políticos y parte de la diáspora de Venezuela advierten sobre un posible nuevo éxodo desde ese país que pueda desestabilizar a los territorios receptores.
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Por ejemplo, en el mercado de confección más grande de Perú, Diana Yaranga, una costurera de 38 años, expresa su preocupación por la llegada de más migrantes, lo que podría agravar la competencia por trabajos en un país donde la economía informal ya está saturada.
“Va a haber una pelea por los trabajos… da miedo”, comenta.
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El mercado, ubicado en Lima y que abarca 54 manzanas, emplea a 100.000 personas, de las cuales un 20% son venezolanos, según estimaciones. Muchos peruanos como Yaranga, que mantiene a su madre anciana y a un sobrino con discapacidad, temen que la llegada de más migrantes, escapando de la crisis política en Venezuela, afecte su ya precaria situación laboral.
La información fue compartida por VOA.
Desde 2014, 7,7 millones de venezolanos han abandonado su país, la mayoría hacia Colombia, Perú, Chile, Brasil y Ecuador, según ACNUR. Con la crisis política en Venezuela en aumento, se prevé un nuevo éxodo que podría desbordar la capacidad de estos países para gestionar la situación.
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La preocupación no se limita a la competencia laboral. La convivencia entre locales y migrantes ha generado tensiones en varias regiones de América Latina. Chile, por ejemplo, ha endurecido sus controles fronterizos debido a la percepción de que, junto a los refugiados, han ingresado personas con intenciones delictivas.
La situación plantea un dilema para los gobiernos receptores: cómo equilibrar la atención humanitaria a los migrantes venezolanos con las necesidades de sus propios ciudadanos.
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Según ACNUR, la mitad de los venezolanos refugiados y migrantes de América Latina y el Caribe no pueden costear tres comidas al día ni tienen acceso a una vivienda digna y segura, por lo que muchos de ellos han tenido que recurrir a la mendicidad o el endeudamiento.
VOA