El Primer Ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, se pronunció a través de su cuenta en Twitter asegurando que se opondrán ante los «esfuerzos de otras naciones y organizaciones por forzar la inmigración ilegal en ese país».
«Trinidad y Tobago se encuentra actualmente bajo el último asalto, utilizando personas sin nombre y rostro, armadas con niños inocentes, para tratar de obligarnos a aceptar su comprensión del ‘estatuto de refugiado y el tratado internacional’, donde se espera que una pequeña nación insular de 1,3 millones de personas mantenga abiertas sus fronteras a un vecino de 34 millones de personas, incluso durante una pandemia», expresó.
Rowley, tildó de responsables a la Organización de Estados Americanos y a su «equivocado Presidente Almagro» por desencadenar y alimentar la situación con los venezolanos y les acusó de haber iniciado una guerra contra su nación por no unirse al presidente Donald Trump y su enviado especial, Elliot Abrams, para «forzar un violento cambio de régimen» el país vecino.
«Bajo el título ‘humanitario’, esta interpretación, si se acepta, efectivamente abrirá nuestras fronteras a todo migrante económico, traficante de armas, traficante de drogas, traficante de personas y pandillero sudamericano. Todo lo que tendrán que hacer es hacer el viaje en bote de 7 millas y afirmar que son ‘refugiados’, enfatizó en su discurso.
El trinitense, en cada pronunciamiento, mantiene su posición de rechazo contra el grupo de 16 menores de edad que fueron expulsados de la isla y separados de sus padres aunque actualmente se encuentran de regreso para ser presentados ante un juicio.