Según los registros de algunas organizaciones, el ingreso irregular de inmigrantes, en su mayoría de nacionalidad venezolana, a Chile, desde Bolivia desde enero se multiplicó al menos diez veces respecto al mismo mes el año pasado, lo que está provocando un colapso en los servicios, especialmente la atención médica en medio de la pandemia.
Miguel Angel Quezada, Intendente de la región de Tarapacá, informó que «Actualmente, han llegado 3.600 extranjeros irregulares solo este año, 10 veces más que a la fecha el año pasado».
Según las autoridades chilenas, miles de inmigrantes caminan desde Bolivia por el inhóspito altiplano andino, a unos 3.600 metros de altitud, soportando temperaturas extremas y desafiando la pandemia de covid-19, hasta llegar a la región de Tarapacá, a unos 2.000 km al norte de Santiago, una dura travesía que esta semana ya cobró la vida de dos migrantes.
En lo que va de año, más de 1.500 de estos extranjeros -entre ellos ancianos, embarazadas y niños- cruzaron a Chile por la localidad fronteriza de Colchane donde cientos de ellos se han quedado acampando.
Esto está produciendo un colapso en cuanto a la atención médica, también a los servicios básicos. Cada día vemos el aumento considerable de inmigrantes que ingresan a Chile sin control alguno», dijo Javier García, alcalde de Colchane.
Las autoridades trasladaron a una parte de los inmigrantes en autobuses hasta refugios y residencias sanitarias de Iquique, ciudad que se encuentran en cuarentena por el alto número de contagios por coronavirus. Otros llegan caminando y acampan en plazas y playas.
Chile vivió en los últimos años un explosivo crecimiento de la migración, que hoy alcanza a cerca de 1,5 millón de personas, que llegaron sobre todo atraídas por la estabilidad política y económica, según información oficial.