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Tokio 2020| «No va a terminar aquí»: Rubén Limardo en guardia pese a rápido adiós en Tokio-2020

El esgrimista Rubén Limardo, uno de los tres medallistas de oro que ha tenido Venezuela en la historia de los Juegos Olímpicos, se despidió temprano de Tokio-2020, eliminado en su primer combate del torneo de espada individual. Ya tiene 35 años, pero se niega a decir adiós.

«Para mí, a pesar de que son los Juegos Olímpicos, esto es una competencia más. No quiere decir (la derrota) que esto va a terminar aquí, que esto se va a acabar, y nos veremos en París-2024», dijo Limardo después de perder en ronda de 32 con el francés Romain Cannone, un adversario 11 años más joven que él.

Cedió 15-12, afectado por un flojo comienzo en el que Cannone llegó a ponerse en ventaja de 8-3. Cuando llegó la reacción, era demasiado tarde.

Limardo, pese al golpe, promete mantenerse aferrado a la espada. Ya lo había dicho en entrevista con la AFP con vistas a su participación en Tokio-2020: pasara lo que pasara, su intención era continuar compitiendo.

Únicamente tres deportistas de Venezuela han ganado oros olímpicos: el boxeador Francisco ‘Morochito’ Rodríguez en México-1968, el taekwondista Arlindo Gouveia en Barcelona-1992 y Limardo en Londres-2012; una lista que espera ampliar la atleta Yulimar Rojas en el salto triple de Tokio-2020.

La presea dorada de Gouveia no recibió reconocimiento oficial hasta 2018, pues en 1992 el taekwondo era una disciplina de exhibición.

 

– Las dificultades del torneo de espada –

 

«Estuve un poco cohibido en los ataques al inicio y después me di cuenta que la acción era hacia adelante, un poco más de presión (…). Me puse muy defensivo, el error fue táctico, y cuando quería reaccionar ya él tenía un montón de puntos por encima», analizó Limardo su pulso con Cannone en declaraciones enviadas por el Comité Olímpico Venezolano (COV).

Hay decepción, pues soñaba con el podio.

Y los venezolanos esperan siempre mucho de él desde que fuese campeón olímpico en Londres-2012 al vencer en la final al noruego Bartosz Piasecki.

Tal éxito le llevó a ser abanderado de Venezuela en Rio de Janeiro-2016, rodeado de altísimas expectativas, pero no le fue nada bien entonces, derrotado con autoridad en su primera aparición por el egipcio Ayman Fayez.

El torneo de espada, se consuela Limardo, es «muy difícil». Un fallo te condena.

Solo un atleta ha sido capaz de revalidar el título olímpico individual en esta especialidad de la esgrima, el cubano Ramón Fonst, y lo hizo hace más de un siglo (1900 y 1904).

 

– Todos para uno, uno para todos –

 

Una de las metas que aún tiene pendientes Rubén Limardo es conseguir un cupo olímpico con el equipo de Venezuela de espada, en el que comparte escena con sus hermanos Francisco, de 34 años, y Jesús, de 25.

Todos viven y entrenan en Lodz, Polonia, a unos 120 km de Varsovia, una ciudad que ha sido escuela de esgrimistas venezolanos desde que la fallecida madre de Limardo, Noris, y su tío y entrenador, Ruperto Gascón, lanzaran hace más de dos décadas el proyecto ‘Los Polaquitos’ para ayudar a jóvenes esgrimistas a viajar a ese país, una de las mecas de este deporte.

La iniciativa fue cuna de la fundación que mantiene el excampeón olímpico con el mismo objetivo.

La crisis económica en Venezuela y el covid-19 han puesto cuesta arriba la situación, aunque Limardo ha seguido luchando. Incluso, por algunos meses a finales de 2020, él y sus compañeros debieron trabajar como repartidores de comida en bicicleta en Lodz para poder sostenerse.

«La verdad es que ha sido un año bastante difícil para mí», reconoce Limardo.