En medio de una creciente carrera armamentística en la región de Asia-Pacífico, China ofreció este martes una demostración de fuerza de su poderío aéreo, con sofisticados drones de vigilancia y aviones capaces de interferir en los sistemas electrónicos hostiles.
En la principal feria de equipamiento aéreo del país, en la ciudad costera de Zhuhai (sur), el gigante asiático presentó el prototipo de su nuevo dron de vigilancia CH-6, capaz de cargar misiles y lanzar ataques aéreos, según la agencia de inteligencia Janes.
También mostró su dron de gran altitud WZ-7, concebido para el reconocimiento de fronteras y el patrullaje marítimo, y el avión J-16D, que puede bloquear equipamiento electrónico.
Según medios estatales, estos dos aparatos ya están siendo usados por las fuerzas armadas de China.
Esta demostración ocurre en medio de un buen abanico de disputas territoriales del gigante asiático, desde Taiwán al mar de la China Meridional pasando por la frontera con India en el Himalaya, y de una creciente rivalidad con Estados Unidos.
Estas innovaciones «tendrán un papel importante en el estrecho de Taiwán y en el mar de la China Meridional», dijo el comentarista militar Song Zhongping a AFP.
El gobierno chino se puso como plazo límite el año 2035 para terminar la modernización de su ejército, todavía retrasado respecto a Estados Unidos en cuanto a tecnología e inversión.
Pero los expertos advierten que el gigante asiático está cerrando rápidamente esta brecha.
Además, según el analista Kelvin Wong, de la agencia Janes, China se «está posicionado claramente para ser un proveedor alternativo» de drones avanzados a precios relativamente asequibles.
En cambio, Estados Unidos y los países europeos recelan a la hora de vender este tipo de tecnología más allá de a un grupo selecto de aliados, indicó.
Con información de AFP