Los socorristas ucranianos prosiguieron el viernes el rescate de centenas de personas atrapadas bajo un teatro de Mariúpol (sureste) bombardeado por las fuerzas rusas, que dispararon misiles en las cercanías de Leópolis, en el oeste del país, hasta ahora poco afectado por la guerra.
Los países occidentales tratan de incrementar la presión para que Rusia ponga fin a este conflicto en plena Europa, que hizo aflorar tensiones entre potencias como no se veían desde el fin de la Guerra Fría.
El presidente estadounidense, Joe Biden, le advirtió a su par chino, Xi Jinping, de las «consecuencias» que el país asiático deberá enfrentar «si brinda apoyo material a Rusia mientras esta lleva a cabo ataques brutales contra las ciudades y los civiles ucranianos», informó la Casa Blanca.
Xi destacó por su lado que «un conflicto no es del interés de nadie», indicó la televisión china.
Más de 130 personas pudieron ser rescatadas del teatro de Mariúpol bombardeado el miércoles, pero «centenares» permanecen bajo los escombros, informó el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
Según un balance preliminar publicado por el Concejo municipal de este estratégico puerto del mar Negro, el bombardeo del teatro dejó un herido grave, pero ninguna víctima mortal.
Zelenski prometió que las operaciones de rescate proseguirían «pese a los bombardeos».
El Ministerio ruso de Defensa anunció que sus tropas, apoyadas por fuerzas de la zona separatista prorrusa del Donbás (este), habían penetrado en Mariúpol.
Las tropas rusas «estrechan el cerco y combaten a los nacionalistas en el centro de la ciudad», indicó el portavoz del Ministerio ruso.
La toma de Mariúpol permitiría a Rusia asegurar una continuidad territorial entre sus fuerzas procedentes de Crimea y las milicias del Donbás.
La alcaldía de Mariúpol señaló que la situación es «crítica», con bombardeos rusos «ininterrumpidos» y daños «colosales». Según las primeras estimaciones, un 80% de las viviendas de la ciudad fueron destruidas.
Las autoridades ucranianas acusaron el miércoles a la aviación rusa de haber bombardeado «deliberadamente» el edificio que albergaba a centenares de refugiados. Rusia desmintió esos ataques y atribuyó el bombardeo a milicias nacionalistas ucranianas.
En la mima línea, Putin le dijo el viernes al presidente francés, Emmanuel Macron, que las fuerzas ucranianas son culpables de «numerosos crímenes de guerra», sobre todo en la región del Donbás, y que las tropas rusas hacen «todo lo posible» para evitar muertes de civiles, informó el Kremlin.
El mandatario ruso participó también en un mitin multitudinario en un estadio de Moscú, para celebrar con tono triunfalista el octavo aniversario de la anexión de Crimea, una península del mar Negro hasta 2014 bajo soberanía de Ucrania.
– Bombardeos en el oeste –
Las inmediaciones del aeropuerto de Leópolis (Lviv), en el oeste de Ucrania, fueron alcanzadas por misiles rusos, llevando el conflicto a una zona poco tocada hasta el momento, cercana a Polonia, un país de la OTAN y de la Unión Europea (UE).
El Ministerio ruso de Defensa dijo que el ataque estuvo dirigido a una planta de reparación de aviones de combate.
En los suburbios de Kiev, una persona murió en el bombardeo de su edificio y una escuela y un área de juegos también fueron blanco de tiros, según las autoridades de la capital ucraniana.
Un cuerpo cubierto por una sábana yacía cerca de un enorme cráter dejado por la explosión que hizo trizas los vidrios de la escuela, indicaron reporteros de la AFP.
«Aterrador», dijo Anna-Maria Romanchuk, una alumna del establecimiento, de 14 años, con los labios temblorosos.
Cerca de la mitad de los 3,5 millones de habitantes de Kiev huyeron de la ciudad, donde, según la alcaldía, 222 personas -incluyendo 60 civiles- murieron desde que empezó la invasión rusa, el 24 de febrero.
Los bombardeos también continúan en Járkov, segunda ciudad del país, donde al menos 500 personas han muerto desde que empezó la guerra.
Según el servicio de emergencias ucraniano, disparos rusos alcanzaron «un establecimiento de enseñanza superior» de Járkov y «dos edificios de viviendas vecinos», causando un muerto y 11 heridos.
Hasta ahora no se divulgó ningún balance global del conflicto, aunque Zelenski mencionó el 12 de marzo la muerte de «unos 1.300» militares ucranianos. Moscú había reportado diez días antes casi 500 bajas en sus filas.
Según el recuento del 16 de marzo del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Ucrania, al menos 780 civiles -incluyendo 58 niños- murieron violentamente en Ucrania y más de 1.250 resultaron heridos desde el inicio de la invasión.
Hasta la fecha, más de tres millones de ucranianos huyeron del país, la mayoría hacia Polonia, donde este viernes ya habían llegado más de dos millones de migrantes, según los guardias fronterizos polacos.
– «Acercamiento» en las negociaciones, según Rusia-
Por el momento no hay indicios de que Rusia se apreste a cesar su ofensiva, pese al diálogo abierto entre los beligerantes.
En una conversación con el jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz, Putin acusó a Ucrania de «retrasar» las negociaciones presentando propuestas «que no son realistas».
Sin embargo, poco después el jefe de la delegación rusa, Vladimir Medinski, dio parte de un «acercamiento» de posturas sobre el estatuto de neutralidad de Ucrania y de avances en la desmilitarización del país, informaron las agencias rusas.
Rusia pretenden que Ucrania, una exrepública soviética, se convierta en un país neutral y desmilitarizado. Las autoridades ucranianas, que ahora no descartan la idea de una neutralidad, reclaman la designación de países garantes de su seguridad.
AFP.