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Jefe paramilitar aseguró que tomó el cuartel general ruso de Rostov «sin un disparo»

Members of Wagner group inspect a car in a street of Rostov-on-Don, on June 24, 2023. President Vladimir Putin on June 24, 2023 said an armed mutiny by Wagner mercenaries was a "stab in the back" and that the group's chief Yevgeny Prigozhin had betrayed Russia, as he vowed to punish the dissidents. Prigozhin said his fighters control key military sites in the southern city of Rostov-on-Don. (Photo by STRINGER / AFP)

El jefe del grupo paramilitar Wagner, Yevgueni Prigozhin, aseguró que tomó el cuartel general del ejército ruso en Rostov sin tener que disparar, y afirmó que contaba con el apoyo de la población.

«Entramos en Rostov y, sin un solo disparo, tomamos el edificio del cuartel general», dijo Prigozhin en un mensaje de audio difundido en Telegram.

«¿Por qué nos apoya el país? Porque estamos efectuando una marcha por la justicia», declaró el jefe de Wagner, a quien el presidente ruso, Vladimir Putin, acusó de «traición».

Prigozhin aseguró que los mercenarios «no tocaron a un solo soldado, no matamos a una sola persona en nuestro camino» y afirmó que sus hombres habían sido atacados con «artillería» y después desde helicópteros».

Prigozhin dijo que sus combatientes habían retirado las minas de fuera del edificio que ocupó el grupo Wagner en Rostov.

-La situación-

En las calles de Rostov del Don, en el sur de Rusia, se oyen las sirenas de las ambulancias y de los coches de policía, después de que el grupo paramilitar Wagner asegurase haber tomado varias instalaciones clave.

Esta ciudad portuaria situada a unos 100 km de la frontera ucraniana reviste una importancia estratégica porque, desde allí, el mando militar ruso del sur del país coordina las operaciones del ejército en el país vecino.

En un cruce del centro de Rostov, hay apostados un vehículo blindado equipado con una ametralladora y una docena de hombres de uniforme con brazaletes plateados, según varios periodistas.

En otros puntos de la localidad, como en las inmediaciones de una juguetería y de un circo, también hay estacionados vehículos blindados de transporte de tropas, explicaron las mismas fuentes.

Los peatones se paran ante el paso de los vehículos militares y de hombres armados con fusiles y con sus brazaletes plateados bien visibles.

A diferencia de lo que ocurre con otras grandes ciudades rusas, más alejadas del frente, este municipio, de cerca de un millón de habitantes, ha sufrido daños colaterales del conflicto en la vecina Ucrania.

Una persona murió en marzo en el incendio de un edificio del FSB –los servicios de inteligencia rusos, encargados de la seguridad interior– en Rostov. La región también ha sido atacada por drones en los últimos meses.

El gobernador regional, Vasily Golubev, instó a los habitantes a permanecer en sus casas salvo en caso de «absoluta necesidad», y subrayó que todas las concentraciones de personas en la vía pública fueron canceladas.

Asimismo, pidió a la población que se abstenga de utilizar la autovía M4 (principal carretera que conecta Moscú con el sur del país), pues varios tramos fueron cerrados, lo que provocó atascos.

El transporte público municipal sigue funcionando pero se modificaron algunos itinerarios para evitar el paso de vehículos por el centro de la ciudad, explicó Golubev.

«La situación que se ha creado requiere máxima concentración de esfuerzos para mantener el orden», declaró en redes sociales. «Las fuerzas de seguridad hacen todo lo necesario para garantizar la seguridad de los habitantes de nuestra región».

AFP.