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Miles de personas huyen de los combates en la capital de Sudán

Miles de personas huían de la capital de Sudán al arreciar los combates entre el ejército y los paramilitares este miércoles, que dejaron por el momento cerca de 200 muertos.

En la mañana del miércoles, tras el fracaso de una tregua de 24 horas y en el quinto día de combates, se escucharon fuertes explosiones e intensos tiroteos.

Testigos indicaron que gruesas columnas de humo negro salían de los edificios alrededor del cuartel del ejército en el centro de Jartum.

La violencia estalló el sábado entre las fuerzas de dos generales que tomaron el poder en un golpe de Estado de 2021: el jefe del ejército, Abdel Fatah al Burhan, y su entonces número dos Mohamed Hamdan Daglo, comandante del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).

Los dos militares se oponen sobre los planes de integrar el RSF al ejército regular, una condición clave del acuerdo final para retomar la transición democrática de Sudán.

Combatientes del RSF en vehículos armados y camionetas con armas pesadas recorrían las calles, mientras los aviones de combate del ejército sobrevolaban y disparaban a blancos del grupo paramilitar, según testigos.

La fuerza aérea y la artillería de los bandos bombardearon nueve hospitales en Jartum. En total, 39 de los 59 establecimientos de las zonas afectadas por los combates han quedado fuera de servicio o cerrados, según fuentes médicas.

 

– Cuerpos en la calle –

 

Los civiles que permanecían en sus casas estaban cada vez más desesperados ante la escasez de alimentos, los apagones y la falta de agua entubada.

Su esperanza de ser evacuados se esfumó el martes, cuando una tregua humanitaria de 24 horas colapsó a pocos minutos de la hora prevista de inicio.

Miles de personas comenzaron el miércoles a dejar sus casas en la capital sudanesa, de cinco millones de habitantes. Algunos iban en vehículos, otros a pie, incluidos mujeres y niños.

Las calles estaban llenas de cadáveres con un fuerte olor a descomposición, dijeron testimonios.

Los gobiernos extranjeros empezaron a planear la evacuación de miles de expatriados, incluidos funcionarios de la ONU.

Cooperantes y trabajadores extranjeros aseguraron que era difícil seguir con sus labores: tres empleados del Programa Mundial de Alimentos (PAM) murieron en Darfur (oeste) y la ONU denunció «saqueos, ataques y violencia sexual contra los cooperantes».

Un convoy diplomático estadounidense fue tiroteado el lunes, el embajador de la Unión Europea (UE) fue «agredido en su residencia» de Jartum y el responsable belga de la misión humanitaria de la UE fue «hospitalizado» tras resultar herido por disparos.

Luego del colapso de la tregua, el ejército acusó a la «milicia rebelde» de incumplirla y de continuar las «escaramuzas alrededor del cuartel del ejército y el aeropuerto».

A su vez, el RSF acusó al ejército de «cometer violaciones» y romper la tregua al lanzar «ataques esporádicos» contra sus fuerzas y bases alrededor de la capital.

Los combates han dejado al menos 185 muertos y más de 1.800 heridos, según la ONU.

Pero la cifra real debe ser mucho mayor porque muchos heridos no lograron llegar a los hospitales, según el sindicato médico.

 

– Transición descarrilada –

 

Imágenes satelitales muestran el alcance de los daños, visibles en el interior de la sede del Estado Mayor del ejército, en el edificio del servicio de inteligencia o en un depósito de camiones cisterna del que solo se ve una inmensa mancha negra.

La electricidad y el agua ya no llegan a partes de Jartum, lo que ha obligado a los vecinos a salir cuando bajan los combates en busca de comida y suministros.

«Ningún bando parece ganar por el momento, y teniendo en cuenta la intensidad de los combates (…), las cosas pueden empeorar antes de que los dos generales se sienten a la mesa de negociaciones», advierte Clément Deshayes, de la Universidad París 1.

Esta espiral de violencia tiene lugar después de que más de 120 civiles murieran en la represión contra las manifestaciones prodemocracia de los últimos 18 meses.

El estallido de violencia el sábado fue la culminación de las profundas divisiones entre el ejército y el RSF, creado en 2013 por el depuesto líder autocrático Omar al Bashir.

Burhan y Daglo derrocaron juntos a Bashir en abril de 2019 tras las multitudinarias protestas contra sus tres décadas de gobierno férreo.

En octubre de 2021, los dos hombres encabezaron un golpe contra el gobierno civil instalado tras la salida de Bashir y pusieron fin a una transición apoyada por la comunidad internacional.

Burhan, un militar de carrera del norte de Sudán, ha dicho que el golpe era «necesario» para incluir a otras facciones en la política.

Pero para Daglo, conocido como «Hemeti», el golpe fue un «error» que no logró generar cambio y más bien reforzó a los que quedaron del régimen de Bashir.

AFP