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Netflix y la UNESCO quieren desarrollar cine africano

Es un thriller de venganza en el que una madre se convierte en justiciera despiadada, persiguiendo y ahogando a un soldado que ha matado a su bebé, en una explosión de violencia y júbilo.

Lo que podría parecer el argumento de la última película de Quentin Tarantino u otro autor de Hollywood es en realidad el fruto de una asociación entre el gigante del streaming Netflix y la agencia cultural de la ONU UNESCO para dar un impulso a las nuevas voces del cine africano.

Katera of the Punishment Island, dirigido por el ugandés Loukman Ali, es uno de los seis cortometrajes cofinanciados en el continente por la plataforma estadounidense y la agencia de la ONU.

“Es la venganza de una chica joven, abandonada a su suerte y que, sin embargo, va a destrozarlo todo”, declaró el productor francés Pape Boye, que ejerció de “mentor” del director y quien, además, alaba la “violencia jubilosa” de la película.

En su opinión, Loukman Ali es un digno representante de una nueva generación de cineastas africanos, que crecieron con un consumo de cine convencional y “quieren ser vistos por tanta gente como sea posible”, despreciando las llamadas películas de género.

El director, de 32 años, afirma que adoptó el cine como una forma de evasión y para olvidar la pobreza que lo rodeó durante su infancia.

“Cada vez que había una película que nos recordaba lo pobres que éramos o lo mal que estaba la situación, era como un no-no”, declaró a la AFP en una entrevista telefónica. “Yo soy más del entretenimiento. Ese es el modelo que sigo”.

Loukman Ali fue elegido el año pasado, entre 2.000 propuestas recibidas por la UNESCO y Netflix, para dirigir su cortometraje, con una financiación de unos 75.000 dólares. Katera of the Punishment Island está disponible desde el miércoles 5 en la plataforma.

Otros cinco jóvenes cineastas africanos también han disfrutado de este privilegio, entre ellos la keniana Voline Ogutu, cuyo filme Anyango y el ogro está ambientado en un mundo futurista en el que las mujeres se dividen en dos categorías, solteras o casadas –este último grupo, expuesto a la violencia doméstica-.

AFP