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Iga Swiatek, la admiradora de Nadal convertida en reina de Roland Garros

Iga Swiatek, la discreta adolescente fan del rock duro que miraba a Rafa Nadal con ojos maravillados, se confirmó este sábado como la tenista del momento tras conquistas su segundo Roland Garros.

«Welcome to the jungle, we’ve got fun and games» (bienvenidos a la jungla, tenemos diversión y juegos): cascos en las orejas, escuchando esas letras de una canción de Guns N’Roses, la polaca entra en las pistas escuchando música de bandas rockeras como la liderada por Axl Rose, Led Zeppelin o AC/DC.

Cuando ganó por primera vez en París hace menos de dos años (la edición de 2020 se disputó en octubre), casi no había nadie para aplaudir en pleno periodo de pandemia de covid-19. Ni siquiera cuando levantó el trofeo sin haber perdido un solo set en siete partidos.

Este sábado era una multitud, incluido el futbolista Robert Lewandowski, la que aclamaba a la tenista de 21 años que meses atrás conquistó el torneo de Miami, 48 horas antes de alzarse oficialmente a lo más alto de la jerarquía mundial, ocupando el trono abandonado por Ashleigh Barty.

«No creía que ocurriría de esta forma», confesó sobre su ascenso a la cumbre. «No sé si lo merezco. Ahora un poco más quizá, porque ganar este título en Florida fue muy difícil».

Fue sobre las tierras de la australiana Barty donde Swiatek disputó su primer torneo de Grand Slam, en 2019, alcanzando la segunda ronda. Unos meses después batía en 45 minutos en octavos a Simona Halep en su primer Roland Garros.

– Planetas alineados –

Los planetas comenzaron a alinearse en 2020: unos octavos de final en Melbourne, una tercera ronda en el US Open, y el título en Roland Garros, el primero que lograba en el circuito profesional, con victorias contra jugadoras contrastadas como Osaka, Halep, Wozniacki, Vekic. Algo que le propulsó al Top-20 del mundo.

Otro cambio notable: Swiatek, que era aún estudiante en 2019, logró diplomarse en 2020. Un alivio para ella, pero también para su entrenador.

Antes, «el tenis no era la parte principal de su vida. Era difícil. Imaginen: yo tenía que hacer entrenamientos a las 7 de la mañana, porque ella debía ir a la escuela después. Y ella llegaba cansada porque había tenido que estudiar por la noche», relataba Piotr Sierzputowski.

Una situación que pertenece ya al pasado, aunque, en las pistas, la polaca sigue mostrándose estudiosa, con una psicóloga que le ayuda a preparar los partidos. «Ella me ha hecho más inteligente. Gracias a ella mi nivel de confianza es más alto», contaba la polaca en 2020.

«La fuerza mental es especialmente importante. En este nivel, todo el mundo es capaz de jugar bien, pero las mejores son las que son más fuertes a nivel de cabeza», estimaba la más joven de las semifinalistas de Roland Garros 2020.

Unas palabras que resuenan con aún mayor intensidad luego de que estrellas como Naomi Osaka, Elina Svitolina o Victoria Azarenka se rompiesen psicológicamente por diferentes motivos.

– «Bestia competitiva» –

Fuerza no le falta a la polaca a pesar de su aspecto juvenil. No en vano es calificada de «bestia de la competición» por Sierzputowski.

«Cuando entra en la pista ella está dispuesta a todo» porque «tiene hambre de victorias», explicaba el técnico antes de que la jugadora pusiese fin a su colaboración a finales de 2021.

Nacida en Varsovia, Swiatek llegó al tenis porque quería ganar a su hermana mayor.

Un espíritu competitivo sin duda heredado de su padre, Tomacz Swiatek, antiguo remero del equipo polaco que participó en los Juegos Olímpicos de Seúl-1988.

Esa ambición le llevó a ganar el primer torneo profesional que disputó, en 2016 en Estocolmo, en el circuito secundario, al que había accedido desde la previa. Dos años después, luego de varios meses sin tenis por una lesión de tobillo, levantaba el trofeo de juniors en Wimbledon en simples, y de Roland Garros en dobles.

Ahora, con nueve títulos en el circuito principal, seis de ellos consecutivos este año (Doha, Indian Wells, Miami, Múnich, Roma y Roland Garros), es la indiscutible N.1 del mundo.

AFP.