En medio de un conflicto vive Nicaragua desde el pasado 18 de abril, situación que ha generado incertidumbre y muerte a su paso. La cifra de fallecido asciende a 448 víctimas, entre esas una estudiante brasileña que murió a manos de grupos paramilitares.
Las protestas de calle no han cesado. La exigencia sigue siendo la misma: el adelanto de elecciones generales. A pesar que la violencia se ha recrudecido en los últimos días, el gobierno de Daniel Ortega se niega a la posibilidad de algún acuerdo con el frente opositor.
La iglesia ha tratado de ser mediadora para evitar más muertes, a lo que el propio Ortega ha calificado como conspiración.
Las protestas que se iniciaron luego de los anuncios de Ortega sobre reformas al seguro social fue la causa del estallido social que aún no se detiene en el país centroamericano.
La economía se ha visto seriamente afectada. Ante las constantes protestas muchos comercios bajaron sus santamarias y miles de ciudadanos huyeron a países vecinos para proteger a sus familias.
A 100 días de iniciarse el conflicto no parece haber solución inmediata. Ninguno de los bandos quiere ceder a las peticiones del otro, lo que dibuja un negro panorama sobre Nicaragua, el mismo país que una vez fue el mas seguro y tranquilo de Centroamérica.