Las autoridades de Texas, al sureste de Estados Unidos, han declarado el estado de emergencia, ante la presencia, en las aguas de esa región, de una ameba “come cerebros”.
El microorganismo, que entra por las fosas nasales y viaja hasta el cerebro, fue el responsable de la muerte de Josiah McIntyre, un pequeño de seis años de edad, que falleció el pasado 8 de septiembre.
La ameba, conocida como Naegleria fowleri, suele prosperar en las aguas cálidas de los ríos y de los lagos. También puede reproducirse en las aguas de piscinas geotermales mal mantenidas.
Una vez que está en el interior del cuerpo humano, el microbio provoca migrañas, hipotermia, rigidez en el cuello y vómitos. Todos esos síntomas se presentan de manera previa a los mareos, letargo, confusión y las alucinaciones.
Las autoridades de Texas han hallado rastros de la Naegleria fowleri en el agua de las mangueras de jardín, en las fuentes y en las bocas de un hidrante contra incendios.