Las autoridades británicas confirmaron, este martes, la muerte de más de 100.000 personas, a causa de la Covid-19. La nación, que este lunes sumaba 98.531 decesos a causa del SARS-CoV-2, registró 1.631 fallecimientos adicionales en las últimas 24 horas.
El país, que supera con creces los tres millones de casos positivos, vive un rebrote del virus que amenaza con colapsar al sistema de salud. La nueva ola ha sido impulsada por una cepa local identificada en Londres y en el sur de Inglaterra hacia diciembre de 2020.
La semana pasada, el primer ministro Boris Johnson comparecía junto a Patrick Vallance, su principal asesor en la cruzada contra el coronavirus. Ambos anunciaron que la variante podría llegar a ser un 30% más letal.
“Ahora también parece haber algunos indicios de que la nueva variante (…) puede estar asociada a una mayor mortalidad”, dijo el premier el viernes, 22 de enero.
Este lunes, Johnson, a quien se acusa de no tener una estrategia clara para contener a la enfermedad, informó que el 15 de febrero se revisarían las medidas correspondientes al tercer confinamiento nacional.
Las restricciones, que entraron en vigor apenas comenzaba enero, mantienen cerradas las escuelas y demás instituciones de enseñanza. Las reuniones familiares o entre amigos se limitan a un máximo de dos personas no convivientes, en espacios abiertos y con el debido distanciamiento social.
Las salidas se mantienen prohibidas. Sólo se autoriza abandonar la casa para comprar alimentos, hacer ejercicios, ir a trabajar o en caso de alguna emergencia médica.
En el caso de los viajeros, estos deben presentar una prueba PCR negativa a su llegada a los puertos o aeropuertos británicos. El test no puede exceder las 72 horas desde el momento de su realización.
Además de la PCR negativa, los pasajeros venidos desde países con alta incidencia de Covid-19 tendrán que guardar una cuarentena de 10 días. Su cumplimiento, de carácter obligatorio, se hará en hoteles cuyo costo será cubierto por el propio viajero.
Según el diario “The Guardian” la “cuarentena hotelera” de Boris Johnson podría demorar semanas en ser aplicada.