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Cumbre climática de París cierra con la presión de imaginar nuevo orden financiero

La cumbre climática de París comenzó este viernes su segundo y último día de trabajos, con la presión de alcanzar resultados que propicien un nuevo orden financiero mundial capaz de acomodar plenamente la lucha contra el calentamiento global.

Un centenar de países participan desde el jueves en esta cumbre que busca liberar miles de millones de dólares de dinero público y privado, indispensables para la transición energética y la adaptación de los países vulnerables al cambio climático.

En las conversaciones participan unos cuarenta jefes de Estado y de gobierno, entre ellos los presidentes de Brasil, Colombia y Cuba, así como representantes de la sociedad civil y dirigentes de bancos regionales de desarrollo.

El desafío pasa por modernizar el rol de instituciones multilaterales como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que según el clamor de los países del Sur deben orientarse de pleno a sus necesidades en cuanto a lucha contra el cambio climático, el combate contra la pobreza, el desarrollo humano y la protección de la biodiversidad.

Pero la confianza es escasa entre los países más vulnerables, agrupados en el llamado grupo V20 (compuesto de 58 países), tras una serie de promesas incumplidas por parte de las naciones más desarrolladas.

El presidente de Kenia, William Ruto, declaró a la AFP que ha venido «no para pedir ayuda» a los países ricos, sino una reforma de la arquitectura financiera mundial que permita a los países en desarrollo «participar en la solución».

Entre las pistas figuran el alivio de la deuda, la ampliación de la capacidad de préstamo de parte de los organismos financieros multilaterales, la movilización del sector privado y una nueva fiscalidad.

Del lado de la deuda hubo gestos este jueves.

Los países acreedores de Zambia aceptaron reestructurar 6.300 millones de dólares de deuda de este país africano que en 2020 se declaró en moratoria de pagos.

Y el Banco Mundial dijo que adoptará nuevas «herramientas», como «ofrecer una pausa en el pago de la deuda» en caso de catástrofes.

El FMI anunció asimismo haber alcanzado el objetivo de redistribuir 100.000 millones de dólares de derechos especiales de giro prometidos a los países pobres para el desarrollo y la transición climática.

 

– «Plan Marshall» de inversiones –

 

«La crisis climática implica un gran plan Marshall global de inversiones», basado en gravar las transacciones financieras y en «cambiar deuda por acción climática», lanzó a su vez este jueves el presidente colombiano, Gustavo Petro.

La tasa sobre las transacciones financieras se anuncia muy difícil de acordar en esta cumbre, aunque la presidencia francesa sí ve margen de maniobra para promover una tasa a las emisiones de carbono del transporte marítimo.

En ese sentido, el presidente francés Emmanuel Macron llamó este viernes a una «movilización» para poner en marcha tasas internacionales a las transacciones financieras, a los billetes de avión y al transporte marítimo, para financiar la lucha contra la pobreza y el cambio climático.

Francia ha manifestado su esperanza de que este año se cumpla al fin la promesa de los países ricos de aportar 100.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo para ayudarlos en la lucha contra el cambio climático.

Una cifra prometida en 2009, que llegaría con tres años de retraso respecto al plazo previsto de 2020 y que deberá ser certificada por la OCDE.

 

– Lula con Macron –

 

Accesoriamente, la cita de París se presta para una lluvia de reuniones bilaterales.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, mantuvo cuatro el jueves, con los presidentes de Sudáfrica y de Cuba, Cyril Ramaphosa y Miguel Díaz-Canel, con el primer ministro de Haití, Ariel Henry, y con el presidente de la próxima cumbre climática de la ONU (COP28), el emiratí Sultan al Jaber.

Tras finalizar los trabajos de la cumbre pasado el mediodía, Lula almorzará este viernes con Macron en el Elíseo a las 13H30 (11H30 GMT), para hablar de la pendiente ratificación del acuerdo entre la UE y el Mercosur.

Una reunión a la que Macron llega bajo presión de los agricultores franceses, que le exigen dar un «no firme y definitivo» al acuerdo en su forma actual por razones de normativa ambiental y sanitaria, y en la que Lula prometió defender los intereses del agro brasileño.

AFP