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Países aliados asumen «mayor» compromiso en la lucha contra calentamiento global

El presidente Joe Biden aumentó drásticamente el jueves el compromiso de Estados Unidos para frenar el calentamiento global, liderando nuevas promesas de países aliados en lo que espera sea una lucha de todo el planeta contra el cambio climático.

Al abrir una cumbre internacional por el Día de la Tierra auspiciada por la Casa Blanca, el mandatario anunció que la primera economía del mundo disminuirá las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 50 y un 52% para 2030 en comparación con los niveles de 2005.

«El costo de la inacción sigue aumentando. Estados Unidos no esperará», dijo Biden en la cita que reúne este jueves y viernes por videoconferencia a unos 40 líderes, incluidos los de los rivales China y Rusia. «Tenemos que actuar, todos nosotros», insistió.

El Acuerdo de París sobre el clima de 2015 busca limitar el calentamiento global a 2 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales y en lo posible situarlo en +1,5°C, el nivel que los científicos estiman necesario para evitar los efectos más severos del cambio climático.

Ese horizonte es inalcanzable con los compromisos nacionales actuales, pero Biden confía en nuevas ambiciosas metas, en fuerte contraste con su antecesor Donald Trump, un escéptico del cambio climático.

Japón, tercera economía del mundo, dijo el jueves que apunta a reducir las emisiones de CO2 en un 46% para 2030, significativamente más de lo prometido anteriormente.

Y Canadá anunció una baja de sus emisiones de entre un 40% y un 45% para 2030 con respecto a 2005, en lugar del 30% anterior. «Debemos actuar ahora. Porque no hay vacuna contra un planeta contaminado», urgió el primer ministro Justin Trudeau.

Brasil se compromete

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, cercano a Trump, fijó sin embargo el objetivo de «neutralidad de carbono» del gigante sudamericano para 2050, lo cual supondrá absorber tanto como emitir. También se comprometió a «eliminar la deforestación ilegal en Brasil para 2030».

La Unión Europea anunció esta semana que reducirá sus emisiones de «al menos el 55%» para 2030 con relación a 1990, después de que el Reino Unido prometiera bajar las suyas un 78% para 2035 respecto a los niveles de 1990.

El primer ministro británico, Boris Johnson, que acogerá en noviembre una conferencia de la ONU en Glasgow con miras a mejorar el Acuerdo de París, elogió el jueves el compromiso de Biden como un «cambio de reglas de juego».

Bajo el pacto de París, el expresidente Barack Obama dijo que Estados Unidos reduciría las emisiones entre un 26 y un 28% para 2025, un objetivo que Biden, entonces su vicepresidente, ahora ha casi duplicado.

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador aprovechó la cumbre para decirle a Biden que el fenómeno migratorio «no se resuelve con medidas coercitivas sino con justicia y bienestar».

Estados Unidos ha registrado una creciente afluencia de indocumentados a la frontera sur estadounidense, la mayoría centroamericanos huyendo de la pobreza y desastres naturales.

Biden dijo que Washington prevé duplicar para 2024 su ayuda oficial a los países en desarrollo para hacer frente al cambio climático, en comparación con los niveles registrados diez años antes.

 

Presión sobre China

El compromiso de Biden aumenta la presión sobre China, segunda economía mundial y el mayor emisor de carbono, muy por delante de Estados Unidos.

Dejando a un lado sus desacuerdos en comercio, derechos humanos y otros temas, Pekín y Washington se comprometieron el sábado a «cooperar» sobre el clima, tras una visita a Shanghái del emisario estadounidense John Kerry, quien consideró «suicida» cualquier falta de colaboración.

El presidente chino, Xi Jinping, reiteró el jueves su promesa del año pasado de alcanzar la neutralidad de carbono para 2060.

China «seguirá un camino verde y bajo en carbono hacia el desarrollo» durante las próximas décadas y «espera trabajar con la comunidad internacional, incluido Estados Unidos», dijo.

Xi prometió que China frenará el uso de carbón, la forma de energía más contaminante, aunque se trata de un tema políticamente sensible debido a los trabajos que da la minería.

India, el tercer mayor emisor de CO2 aunque mucho más bajo que los países occidentales en términos per cápita, tampoco se propuso nuevas metas, pero prometió una nueva «asociación» con Biden para impulsar la inversión verde.

En una breve falla técnica en la cumbre, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, cortó un video pregrabado del presidente francés, Emmanuel Macron, para escuchar al presidente ruso, Vladimir Putin, quien parecía estar impaciente por hablar.

Putin, que ha tenido hasta ahora una relación especialmente tensa con Biden, dijo que Rusia estaba cumpliendo con sus obligaciones de luchar contra el cambio climático. Luego, el discurso de Macron se repitió en su totalidad.

Más que promesas

«Estoy encantada de ver que Estados Unidos ha vuelto», dijo la canciller alemana, Angela Merkel.

Estados Unidos regresó al Acuerdo de París con Biden, después de que Trump se retirara por considerarlo injusto. La salida de Trump no alejó tanto el cumplimiento de la meta de Obama gracias al compromiso de los estados, especialmente California, y a una fuerte caída en la producción industrial durante la pandemia de covid-19.

Pero los expertos señalan que el mundo necesita hacer más para evitar una catástrofe: un estudio de la ONU a fines del año pasado concluyó que el planeta se encamina a un calentamiento de +3ºC.

Para Biden, el cambio climático es «una amenaza existencial», pero también «una oportunidad». El mandatario busca que el Congreso le apruebe un paquete de infraestructura de 2 billones de dólares que incluye una transición importante hacia una economía verde, y que permitirá crear millones de empleos.

Resta verse si Biden logrará garantizar el compromiso de Washington dada la reticencia del Partido Republicano de Trump a acciones climáticas.

Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace International, dijo que «se requiere una gran voluntad política y acción» para tomar medidas inmediatas, no solo hacer promesas a largo plazo.

«Los países más ricos del mundo deben hacer algo más que reducir a la mitad sus emisiones para 2030, tras haberse beneficiado de las industrias extractivas y contaminantes que llevaron a la crisis climática», opinó.

 

Con información de AFP