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Ella es Luisa González, la delfín de Correa que puede devolver el poder a la izquierda en Ecuador

Luisa González
Luisa González - AFP

La candidata Luisa González, delfín del expresidente socialista Rafael Correa, lideró la primera vuelta de las elecciones presidenciales del domingo en Ecuador en las que se prevé un balotaje entre fuerzas de izquierda y derecha, según resultados parciales.

Con el 80% de los votos escrutados, lleva la ventaja González (33%), de 45 años y única candidata mujer.

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«Nosotros ya lo hicimos», repetía como un mantra González cuando escuchaba las propuestas de sus rivales. Su fórmula para resolver todos los males del país es volcarlo nuevamente hacia el socialismo que instauró por una década su padrino.

Sin titubear, la única mujer que se postuló a la presidencia afirma que su principal asesor en caso de victoria será el carismático Correa, condenado en ausencia a ocho años de cárcel por corrupción y en el exilio desde 2017 en Bélgica.

Sin embargo, recalca que mantendría independencia en sus decisiones.

Ciclista, maratonista y amante de los tatuajes, reniega que los gobiernos de Moreno y de Lasso «destrozaron» el legado de su mentor, que gozó de una bonanza petrolera para gobernar con chequera abierta.

Antes de lanzar su candidatura, la madre de dos varones de 29 y 9 años fue asambleísta y consejera del exmandatario.

Su prioridad, dice, será recuperar la seguridad en un país donde la tasa de homicidios se duplicó en 2022, cuando alcanzó las 26 muertes violentas por cada 100.000 habitantes.

«Vamos a reconstruir esa patria digna, esa patria segura, esa patria de paz, de amor, de tranquilidad», dijo en la celebración de su victoria en primera vuelta.

En medio de un ambiente de terror por secuestros, extorsiones y asesinatos, incluido el del candidato Fernando Villavicencio, dice que no siente temor por su vida.

Reconoce que un año y medio de gobierno no bastará para recuperar lo que construyó Correa, aunque sostiene que será suficiente para «controlar la seguridad en el país, las cárceles» y «las fronteras».

AFP