La oenegé ecologista Greenpeace lanzó 18 grandes bloques de piedra al fondo de una zona de conservación marina frente a la costa suroeste de Inglaterra para impedir la «destructiva» pesca de arrastre, principalmente por barcos franceses, españoles y británicos.
El barco de Greenpeace «Arctic Sunrise» navegó el jueves hasta la zona occidental del canal de la Mancha, entre Inglaterra y Francia, cargado con 19 bloques de piedra caliza de entre 500 kg y 1.400 kg.
Fueron arrojados por la noche en una porción de la «South West Deeps (East) Conservation Zone», situada unos 190 km al suroeste de las costas inglesas, anunció el viernes por la mañana.
«Estamos colocando grandes bloques de piedra caliza en el lecho marino para crear una barrera submarina protectora que pondrá la zona fuera de los límites de la pesca destructiva», dijo a la AFP a bordo del barco la activista Anna Diski.
Esto hará «imposible arrastrar por el fondo marino las pesadas artes de pesca que destruyen el hábitat», añadió.
«En estos momentos se está produciendo un frenesí de pesca industrial en las aguas del Reino Unido, ¿y qué está haciendo nuestro gobierno al respecto?», lanzó Will McCallum, responsable de Océanos de Greenpeace UK.
«Greenpeace UK ha creado esta barrera de bloques submarinos como último recurso para proteger los océanos. Preferiríamos que el gobierno hiciera su trabajo», añadió.
McCallum calificó de «indignante» que se permita a los arrastradores de fondo operar en el fondo marino de zonas protegidas, acusándolos de «destruir enormes franjas del ecosistema marino y burlarse de nuestra supuesta ‘protección'».
La oenegé prevé recoger más bloques para ampliar la barrera.
Esta zona de 4.600 km2 es «una de las denominadas Áreas Marinas Protegidas más explotadas del Reino Unido», afirma Greenpeace, precisando que en los últimos 18 meses se efectuaron allí 3.370 horas de pesca de arrastre de fondo (de un total de 18.928 horas de pesca).
Más de la mitad de los pesqueros industriales en la zona procedieron de Francia (53%), el 30% de España y el 9% del Reino Unido.
«Es como hacer pasar una cosechadora por un parque nacional», denunció Neil Whitney, un pescador de East Sussex, al sur de Inglaterra.
«Pueden acabar con ecosistemas enteros, y si provocan el colapso de un caladero, simplemente pasan al siguiente», añadió. «Y los pescadores británicos a pequeña escala, como yo, estamos perdiendo mucho».
Casi una cuarta parte de las aguas territoriales del Reino Unido son zonas de protección.
El gobierno dijo en febrero que las nuevas ordenanzas para prohibir la pesca de arrastre de fondo en las cuatro áreas marinas protegidas «se están ultimando», pero no dio un calendario.
AFP