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Hallan muerto a Robert Card, sospechoso de tiroteos que dejaron 18 fallecidos en Maine

Robert Card
Agentes de policía bloquean el tráfico en una zona cercana a una planta de reciclaje donde supuestamente se encontró el cuerpo del sospechoso Robert Card cerca de Lisboa, Maine, el 27 de octubre de 2023. El sospechoso de un tiroteo masivo en el estado estadounidense de Maine fue encontrado muerto por un aparente herida de bala autoinfligida, informaron medios estadounidenses el 27 de octubre, después de una intensa persecución que duró más de dos días. Los detalles confirmados no se conocieron de inmediato, pero las autoridades de Maine convocaron una conferencia de prensa para las 22:00 horas (02:00 GMT). (Foto de ANGELA WEISS / AFP)

Robert Card, sospechoso de los tiroteos perpetrados en el estado de Maine, al noreste de Estados Unidos, que dejaron 18 fallecidos, fue encontrado muerto con una herida por un disparo autoinfligido, lo que pone punto final a una intensa búsqueda de más de dos días.

«Respiro con alivio esta noche al saber que Robert Card ya no es una amenaza para nadie», dijo en una conferencia de prensa la gobernadora Janet Mills, al referirse al hombre de 40 años, sospechoso de los letales tiroteos que dejaron 18 muertos.

«Está muerto (…) La policía estatal de Maine ha localizado el cuerpo», confirmó.

El comisionado de seguridad pública de Maine, Michael Sauschuck, confirmó que el cuerpo fue hallado a las 19H45 (11H45  GMT) cerca de un río en Lisbon Falls, una localidad situada a unos 15 kilómetros de Lewinston.

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Sauschuck añadió que Card fue hallado muerto con una aparente herida por un disparo autoinfligido.

La cadena de noticias CNN dijo citando fuentes policiales que el cuerpo del fugitivo fue hallado cerca de un centro de reciclaje, del que había sido despedido recientemente.

Card era señalado de perpetrar el tiroteo masivo más mortífero del año en la noche del miércoles.

La policía estadounidense había intensificado el viernes la búsqueda del autor de los asesinatos por todo el noreste del país.

Las autoridades identificaron el viernes a las víctimas, que van desde un matrimonio de unos 70 años hasta un niño de 14 que murió junto a su padre.

El viernes, la policía y el FBI se desplegaron en varios sitios, incluida la orilla de un río donde se encontró el automóvil del sospechoso, y planeaban explorar las profundidades con sonar y buzos.

Sauschuck había dicho más temprano en rueda de prensa que los negocios de la zona podían reabrir, y se había prohibido la caza en Lewiston y localidades cercanas.

– «Lewiston fuerte» –

La búsqueda parecía a punto de concluir el jueves por la noche, cuando la policía se había concentrado frente a una casa que pertenecía, según un vecino entrevistado por la AFP, a la familia del sospechoso.

«Por favor, salga», repitieron los policías a lo largo de la noche a través de megáfonos, «nos gustaría hablar con usted». Pero los policías se marcharon sin hacer declaraciones a los periodistas, muy numerosos en el lugar, sin haber localizado al sospechoso.

Drones, helicópteros y vehículos blindados habían sido desplegados en los alrededores.

Lewiston se transformó durante dos días en una ciudad fantasma luego que sus 36.000 habitantes recibieran la orden de las autoridades de confinarse en sus casas por la peligrosidad de Card.

Los centros educativos y los comercios cerraron sus puertas y el estacionamiento de la escuela secundaria fue tomado por agentes de policía vestidos de uniforme y armados hasta los dientes.

Siete personas, una mujer y seis hombres, perdieron la vida en la bolera, ocho en el bar restaurante, a unos doce minutos de distancia, y finalmente tres heridos fallecieron en el hospital.

Testigos que se hallaban en la bolera «Just-In-Time» describieron cómo los clientes se escondían debajo de las mesas y en las máquinas al final de las pistas. «Me tiré encima de mi hija, y mi madre encima mío», describió Riley Dumont a la cadena ABC.

Una fotografía difundida por la policía mostró a un hombre vestido con una camiseta marrón entrando al establecimiento, con un rifle semiautomático al hombro.

– Una nación «de luto» –

El presidente Joe Biden deploró un acto «trágico y sin sentido» y ordenó colocar a media asta la bandera nacional en los edificios federales.

«Una vez más, nuestra nación está de luto», dijo el mandatario, reclamando por enésima vez al Congreso la prohibición de las armas de asalto, un punto en el que demócratas y republicanos discrepan desde hace décadas.

La matanza del miércoles es la peor en Estados Unidos desde la de la escuela Uvalde, en Texas, donde un tirador mató a 19 niños y dos maestros en mayo de 2022.

El país está pagando un precio muy alto por la proliferación de armas de fuego en su territorio y la facilidad con la que los ciudadanos tienen acceso a ellas.

Excluyendo los suicidios, más de 15.000 personas han muerto a causa de la violencia armada desde principios de año en el país, según la organización no gubernamental Archivo de Violencia por Armas.

Maine es uno de los estados con la tasa más baja de homicidios. Los 18 muertos del miércoles representan, de acuerdo a la asociación Everytown, más que la media anual de asesinatos por armas de fuego en el estado.

AFP