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Jornada 11 del juicio contra Joaquín «El Chapo» Guzmán

Reportaje de La Voz de América

La jornada número 11 del juicio a Joaquín «El Chapo» Guzmán comenzó el martes con el testimonio de Juan Carlos Ramírez Abadía, alias «Chupeta», quien ha dado detalles de cómo se habrían hecho los envíos de droga en aquella época.

También, avanzó el interrogatorio por parte de la defensa y se espera que, al término de las declaraciones del testigo, se conozcan las versiones de dos miembros de la ley; al parecer, entre ellos se encuentra un agente de la DEA.

Cabe recordar que, al inicio de la cuarta semana, la defensa solicitó que no fueran tenidos en cuenta testimonios que se refirieran a 2004 y fechas posteriores, pues para ese entonces «Chupeta» ya no estaba al frente del cartel del Norte del Valle y estaba huyendo de la ley, refugiándose en Brasil.

La fiscalía, a través de una carta, sustentó la importancia de que dichas versiones fueran escuchadas, resaltando que, para ese entonces, él seguía recibiendo detallados informes de lo que sucedía en la organización.

En la declaración del martes, «Chupeta» afirmó que, desde 2004, cuando llegó a Brasil, solo quería tener contacto con miembros de su organización; es decir, el Cartel del Norte del Valle, y que nunca habló con abogados.

También aclaró que, cuando eligió ir al país carioca, antes de ser capturado, no tenía conocimiento de las leyes y confesó que corrió con suerte porque los acuerdos legales que hay entre EE.UU. y Brasil, cuando extraditan a una persona, señalan que no se puede aplicar la pena de muerte ni más de 30 años de cárcel. Es decir, se vio beneficiado, al no ser extraditado desde Colombia.

Ramírez Abadía, además, confesó que cuando estuvo en dicho país, usó documentos falsos a nombre de Marcelo Javier Unzue.

Durante el juicio, se trató de nuevo la historia del tráfico de droga en latas de jalapeños; cabe anotar que, la semana pasada, el testigo declaró que el cartel de Sinaloa le había entregado un molde cilíndrico para moldear la cocaína y, de esa forma, camuflarla en las latas.

No obstante, cuestionaron que en el video que se entregó como evidencia, se podía ver la cocaína de forma cuadrada y no cilíndrica. Al respecto, «Chupeta» dijo que, al principio, enviaba los cubos de un kilo de cocaína, los cuales se podían partir por la mitad y guardar en la lata.

En ese momento, el abogado defensor, William Púrpura, sacó un empaque de paños húmedos y le preguntó a «Chupeta» si esa era la forma cuadrada en la que se guardaba la cocaína. El testigo respondió afirmativamente, pero aclaro que era un poco más grande.

Sin embargo, en horas de la tarde, para desestimar la apreciación de la defensa, se mostró otra parte del video donde la droga, al parecer, tenía una forma más cilíndrica.

La defensa, intentando desestimar una vez el testimonio de Ramírez Abadía, haciéndolo ver como mentiroso, se refirió a las declaraciones que dio anteriormente el testigo a las autoridades en otros países, específicamente a la DEA, en Colombia, en 2007, cuando confirmó que él había inventado el método de tráfico de submarinos. Al respecto, «Chupeta» confirmó que él había creado ese tipo de tráfico, pero no los submarinos como tal.

Más tarde, Púrpura volvió a preguntarle si él le mentiría a la Fiscalía y si lo haría para ganar beneficios, a lo que el testigo respondió: “No estoy mintiendo, señor”.

Por otro lado, Ramírez Abadía se refirió a Amado Carrillo, más conocido como el “Señor de los Cielos», a quien pedió uno de sus aviones para enviar coca. Aunque afirmó que sí mantenían una relación de amistad, nunca apadrinó a uno de sus hijos, y que no recuerda haberlo afirmado en una declaración a agentes de la DEA, en Brasil.

También se refirió a personajes como Beto Rentería, miembro del Cartel de Norte del Valle y a quien nombró en las reuniones con los fiscales. Dijo que él le presentó al mexicano alias «El Gordo» y, gracias a él, llegó a los Arellano Félix y a los Zambada.

En cuanto a «El Gordo», dijo que trabajó con los Arellano Félix y, cuando lo mataron, era un lugarteniente. También, nombró a Laureano Rentería, quien poseía bastante conocimiento sobre la organización y a Uri Álvaro Palau, alias «Olfato» u «Olafo», un lugarteniente de «Chupeta» en México, quien tenía contactos con «Conejo» y los hermanos Beltrán Leyva; era el encargado de coordinar la recepción de envíos llamados «Las Juanitas».

Entre otros temas, durante el juicio, Púrpura le dijo a «Chupeta»: “en 1996, usted le mintió en la cara a las autoridades colombianas”, a lo que el testigo, sin reparo, contestó: “completamente correcto”.

La defensa también mostró otra prueba: un yate incautado a Ramírez Abadía; cuando fue mostrado por la Fiscalía, se le preguntó si en algún momento Guzmán había viajado en este; de inmediato, Púrpura presentó una moción y dijo que no porque «él no viajó a Colombia».

El juez no aceptó la defensa y autorizó a «Chupeta» para responder la pregunta, a lo cual, él contestó con la misma frase que usó la defensa en la objeción.

Cabe recordar que, al término de la jornada del décimo día, comenzaron a escucharse versiones del testigo cooperante, alias «Chupeta», correspondiente a 10 envíos denominados “Las Juanitas”, que se registraron entre 2002 y 2005.

En el cargamento, enviado desde Venezuela, que recibió el nombre de la Juanita 7, el cartel de Sinaloa tenía una inversión de 2.500 kg de coca y fue recibido en México por “Nacho Coronel”, tío de Emma Coronel, esposa de «El Chapo».

Durante esta declaración, se hizo visible un libro de contabilidad donde se registraban todas las transacciones de estas operaciones. El martes, este libro también fue utilizado cuando se mostraron los pagos a nombre de «Mona Cha»; uno de estos se hizo el 9 de enero de 2004. El primer pago se hizo por 2’717.740 dólares; el segundo, por 999.000 dólares y el último por 1’510.000 dólares.

También, cabe resaltar que en ese mismo libro de contabilidad se manejó el presupuesto de algunos asesinatos. Para matar a tres personas, se habrían pagado 45 mil dólares; allí, se registró el pago del asesinato de 150 personas aproximadamente. ​

Al respecto, teniendo en cuenta que «Chupeta» podría ser condenado a solo 25 años de cárcel, gracias a las leyes brasileñas y a que es un testigo cooperante, la defensa le preguntó que si era consciente de que liba a pagar muy poco tiempo en prisión por cada una de esa muertes.

De inmediato, el juez hizo un llamado de atención sobre las preguntas al testigo y afirmó que estas solo podían hacerse para aportar al caso.

Un dato que llamó la atención, de este libro, fue el pago de 338.776 dólares para matar a una persona de la que aún se desconocen detalles: Tatiana. Una cifra elevada, al parecer, porque se usó un grupo de sicarios para llevar a cabo el asesinato.

Entre las 150 personas que ordenó asesinar también habían mujeres y señaló un caso específico, de una familia que vivía en en Fort Lee, New Jersey; allí, afirmó, también tenía algunas caletas y una persona le estaba robando parte del producto, por eso, ordenó matar a los padres y al hijo.

Por otro parte, se refirieron de los carteles de la violencia; Ramírez Abadía afirmó que es imposible ser líder de un cartel en Colombia sin ser violento. Por ejemplo, “si se roban un cargamento de coca y tú no haces violencia, se la van a volver a robar”, señaló. “Ser el jefe de un cartel en Colombia va de la mano de la violencia”, agregó.

En su cartel, señaló, usaban nombres de mujeres para identificar a hombres; incluso, él, en algún momento, fue reconocido como «Doctora Yamilet» y el nombre de «Mona Cha» se usó para identificar a «El Chapo» en su contabilidad y al dinero que él había pagado.

La «Mona» también era un hombre que se encargaba de traer el dinero desde México.

Finalmente, en sus declaraciones, habló de sobornos a pasados gobiernos en Colombia, específicamente a la candidatura del ex presidente Ernesto Samper, cuando se lanzó a la presidencia; señaló que contribuyó con un poco más de medio millón de dólares para la campaña.

Incluso, durante el debate de la restitución de la extradición en el congreso, en Colombia, él pago al menos 10 millones de dólares para influenciarlas. “Por lo menos, porque yo creo que fue más”, concluyó. Además, se refirió al pago de, al menos, un millón de dólares a un congresista por una carta de salvoconducto, pero no dio el nombre.

En el juicio, también se mostraron imágenes de esculturas del artista colombiano Fernando Botero; dos de sus obras fueron decomisadas en la casa de «Chupeta» y su costo superaba el medio millón de dólares. No obstante, el narcotraficante dejó en claro, sobre el artista que “no lo apoyaba, pero tenía obras de arte de él”. Allí, también incautaron dinero en efectivo y oro.

También, dijo Ramírez Abadía, realizó pagos a la prensa para que publicara información a su favor y omitiera aquella que podría afectarlo.

Curiosidades del juicio

“Chupeta» se ha caracterizado por ser inexpresivo en las audiencias; no obstante, cuando la defensa le preguntó el martes por el significado de su nombre, sonrío y afirmó que se refería a un dulce, como una especie de bom-bom. Incluso, en la tarde, le preguntaron si se consideraba guapo, a lo que respondió con una sonrisa, y lo que desencadenó algunas risas, en la sala.

Utiliza gafas para leer la pantallas; en días anteriores, ha usado guantes. Otra curiosidad es que, cuando el jurado estaba saliendo de la sala, el testigo hizo una señal de pulgares arriba y les dio las gracias.

Por su parte, «El Chapo» asistió el martes con un vestido negro, camisa azul y corbata vinotinto; usa agenda amarilla para tomar sus notas y habla constantemente con Eduardo Balazero, su abogado defensor.

Siempre está atento a las declaraciones de los testigos y, por supuesto, de Emma Coronel su esposa, a quien miró fijamente y sonrío, antes de la pausa de la mañana; ella, quien siempre está atenta del juicio y de los asistentes, respondió con una sonrisa.