Madrid, Cataluña y Baleares han sido las primeras comunidades en detectar casos de la «ómicron sigiliosa» (el sublinaje BA.2), cuyo avance, de momento, se toma con prudencia pero sin especial preocupación entre las autoridades sanitarias y los expertos.
Esta subvariante de ómicron, que se diferencia del original en algunas mutaciones, incluida la proteína espiga, se ha extendido ya por unos 40 países, como Dinamarca, Reino Unido o India, motivo por el que la Organización Mundial de la Salud ha pedido que se vigile su desarrollo.
En total, en España se han detectado hasta 5 casos, según los datos comunicados por estas tres comunidades hasta el jueves, una cifra que previsiblemente aumentará en los próximos días porque se presupone que es muy transmisible, aunque más difícil de detectar en determinadas pruebas diagnósticas, motivo por el que ha sido bautizada como «sigilosa o silenciosa».
La ministra de Sanidad ha explicado este jueves en el Congreso que la Ba.2 se comporta «parecidamente» a la BA.1, si bien lo ha dicho «con toda la prudencia», porque todavía está en evaluación.
Dos casos más de este sublinaje han sido confirmados en Cataluña y otro en Baleares, este último localizado por el servicio de Microbiología del Hospital Universitario Son Espases, de Palma, que coordina Antoni Oliver.
Pero es el linaje originario de la variante ómicron el que sigue dominando la transmisión comunitaria del virus en la sexta ola, con unos indicadores que se han ido suavizando en los últimos 12 días, aunque persisten las dudas sobre la fotografía que ofrece la incidencia acumulada.
Y es que las autoridades sanitarias son conscientes de la infranotificación en la estadística general de los casos positivos que se detectan en los test de autodiagnósticos adquiridos en farmacias y que se realizan en casa.
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