El gobierno británico anunció el miércoles una reforma en Inglaterra destinada a acabar con el derecho de los propietarios de viviendas a expulsar a sus inquilinos sin dar ninguna justificación.
El Reino Unido en su conjunto lucha contra una crisis de escasez de viviendas provocada por el alza desorbitada de los alquileres y la falta de nuevas construcciones.
Esta reforma, que se aplicará únicamente a Inglaterra -una de las cuatro naciones que conforman el país-, daría respuesta a una de las principales demandas de los grupos de defensa de los inquilinos.
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El opositor Partido Laborista recibió con reservas el plan del gobierno conservador y prometió, si llega al poder dentro de año y medio, ir más allá con una reforma que permita construir en zonas protegidas.
Casi 230.000 inquilinos recibieron un aviso de desahucio «sin culpa» desde abril de 2019, cuando el ejecutivo británico prometió por primera vez abolir esta práctica, afirmó el años pasado la organización de defensa del derecho a la vivienda Shelter.
Más propietarios lo han estado usando desde que el gobierno levantó las restricciones a los desahucios impuestas durante la pandemia de covid-19.
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El ministro de Vivienda, Michael Gove, explicó que en virtud de la nueva legislación propuesta los propietarios tendrán que dar una razón para la expulsión y los inquilinos podrán impugnarla.
«Este gobierno está decidido a abordar estas injusticias ofreciendo un nuevo trato a quienes viven en el sector del alquiler privado, un trato que tenga como ejes centrales la calidad, la asequibilidad y la equidad», afirmó.
Siobhan Donnachie, portavoz de la unión de arrendatarios de Londres, se congratuló por un «muy esperado» proyecto de ley, pero denunció que la reforma esbozada por Gove no protege en absoluto a los inquilinos de las exorbitantes subidas de los alquileres.
«Para las muchas familias que luchan con los costes de la vivienda en estos momentos, una subida del alquiler del 20% es simplemente un desahucio sin culpa con otro nombre», denunció.
AFP