Quenten Thomas, un hombre de 27 años y padre de tres niños, falleció a causa de complicaciones de la gripe en Marysville, Tennessee, Estados Unidos.
Robert Thomas, el padre del joven contó a la NBC News, que su hijo tenía problemas para respirar y tosía.
«Le dolía mucho toser y le costaba recuperar el aliento», detalló el familiar de Quenten.
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Quenten había asistido al hospital para recibir oxígeno. Los médicos le indicaron que regresara a casa y que se recuperara consumiendo agua, comida y descansando.
Sin embargo, sus niveles de oxígeno continuaban bajos y seguía con dolor, por lo que regresó al centro médico.
Además, el joven, que murió el pasado 6 de enero de 2024, estaba utilizando un monitor de dedo para controlar sus niveles de oxígeno en la sangre.