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Trump podría pasar de inculpado a presidente

Las elecciones presidenciales de EE.UU. eran una carrera de obstáculos bien codificada hasta que Donald Trump sacudió las normas. Ahora promete hacerlo de nuevo alternando mítines y audiencias judiciales.
El 2024 será un año electoral de «fracturas, angustias y peligros para la democracia», predice el politólogo Larry Sabato.

Dentro de doce meses, Trump, uno de los presidentes más polémicos, que dejó el poder en medio de un estrépito inimaginable, pedirá de nuevo el voto a un electorado más dividido que nunca.

Si en la noche del 5 de noviembre de 2024 gana, el millonario no solo habrá derrotado lo que describe como un sistema confabulado contra él sino que habrá desafiado cuatro inculpaciones penales, algunas de las cuales le exponen a penas de prisión.

Por ahora, durante los seis meses de este año, el septuagenario fue acusado de pagos sospechosos a una exactriz porno, de haber ejercido presiones durante las elecciones presidenciales de 2020 y de mala gestión de documentos confidenciales después de haberse ido de la Casa Blanca.

Nunca un presidente estadounidense había tenido que sufrir la infamia de una inculpación. Trump se enfrenta a 91 cargos en estos casos.

Aunque el expresidente se ha declarado no culpable en todo, su campaña electoral gira en torno a sus problemas judiciales.

Con correos electrónicos incendiarios, Trump pide cada día a su base, todavía muy leal, que le apoye contra lo que considera una «caza de brujas».

El resultado es claro: 4 millones de dólares recaudados en las 24 horas siguientes a su primera inculpación, 7 millones justo después de la segunda y 3 millones en una semana gracias a la venta de camisetas, tazas y carteles con su foto judicial.

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El beneficio financiero es significativo en un país donde las victorias electorales se obtienen a golpe de talonario.

Y podría aumentar a partir de enero, cuando Trump alternará los mítines con los juicios.

El septuagenario comenzará en Iowa, un pequeño estado del Medio Oeste que acogerá las primeras primarias republicanas del año el 15 de enero, el primer obstáculo de Trump en su camino hacia la Casa Blanca.

Tendrá como rivales a ocho republicanos (gobernadores, empresarios y exdirigentes) en busca de la nominación del partido para 2024.

Por ahora, Trump no tiene de qué preocuparse. El expresidente ronda el 59% de intención de voto en los sondeos republicanos, muy por delante de su principal rival, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, con un 13%.

Un juez ha fijado el 4 de marzo como fecha del juicio en Washington por haber ejercido presuntamente presión electoral en 2020. Es decir la víspera de una las citas más importantes: el «supermartes», cuando más estados celebran elecciones primarias.

Le espera otro juicio en Nueva York en marzo, seguido de uno en mayo en Florida.

Trump tendrá que hacer malabarismos durante meses entre sus citas políticas y judiciales, un escenario completamente inédito en la historia política estadounidense.

AFP