La Defensoría del Pueblo de Colombia anunció este jueves su preocupación por los migrantes que viven en la calle porque no cuentan con los recursos económicos para seguir su trayectoria por el Darién.
Son cientos de familias migrantes que viven en las calles de cinco localidades costeras del departamento de Antioquia (noreste). El organismo defensor de los derechos humanos en Colombia, Carlos Camargo, aseguró que en las zonas de Apartadó, Chigorodó, Carepa, Turbo y Necoclí las personas se encuentran en condición de calle.
“Pudimos verificar las condiciones en que viven estos migrantes, sin atención en salud, alimentación adecuada, acceso al agua potable y viviendo a la intemperie”, explicó.
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Durante este año han cruzado por la selva del Darién más de 380.000 migrantes. De ellos, el 59 % son venezolanos; el 13 %, ecuatorianos; el 11 %, haitianos; el 3 %, colombianos; los restantes, personas de diferentes naciones, los datos pertenecen al Servicio Nacional de Migración de Panamá.
La Defensoría pidió al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) a atender con prioridad a las niñas, niños y adolescentes migrantes, en particular de los menores que viajan sin acompañantes.
“No tiene sentido imponer restricciones adicionales a las ya difíciles condiciones de la travesía por la selva del Darién. Esto generaría incentivos para que los migrantes busquen rutas más peligrosas. Esta migración no se va a detener hasta tanto no mejoren las condiciones socioeconómicas en los países de origen de la migración”, indicó el defensor del pueblo colombiano.
Con información de VOA