Cuatro escuelas de Unicef en campos de refugiados rohinyás en Bangladés quedaron reducidos a cenizas el lunes, anunciaron el martes las autoridades que hablan de un «accidente» mientras que el fondo de la ONU para la infancia denunció un «incendio criminal».
Según Razwan Hayat, comisario para los refugiados en Bangladés, las escuelas -vacías en el momento del incendio- estaban construidas con material inflamable, por lo que lo ocurrido fue fortuito y un «accidente». Mientras que Unicef, en su cuenta Twitter, «condenó un incendio criminal, un ataque contra cuatro centros de aprendizaje en los campos de refugiados rohinyás de Cox’s Bazar» en el sudeste del país.
El jueves pasado, un incendio devastó el inmenso campo de Nayapara en el sudeste de Bangladés. Más de 500 barracas precarias, hechas de chapa y bambú, quedaron incendiadas dejando sin vivienda a más de 2.000 refugiados rohinyás.
Unicef ha establecido unos 2.500 centros de aprendizaje en los 34 campos de refugiados del distrito fronterizo de Cox’s Bazar, beneficiando a 240.000 niños rohinyás, aunque están cerrados desde hace meses debido a la pandemia del nuevo coronavirus.
Estos campos albergan a unos 750.000 miembros de la minoría musulmana de los rohinyás, que en 2017 huyeron de las operaciones del ejército y de las milicias budistas en la vecina Birmania, país acusado de limpieza étnica.
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