Irán consolida su dominio sobre el vecino Irak, primer importador de bienes de la República Islámica y donde el gobierno de coalición está formado por partidos proiraníes que tienen la mayoría en el Parlamento, analizan los expertos.
En una visita a Teherán a finales de noviembre, el primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani, abogó por intensificar la cooperación entre ambos países, de mayoría chiita.
Irak e Irán ya dependen ampliamente el uno del otro en el ámbito económico. Sudani recordó que Irán suministra un tercio de sus necesidades iraquíes de gas y electricidad.
Irak representa un «pulmón económico» para Irán, cuya economía sufre de las severas sanciones impuestas por Occidente, subraya Ihsan al-Shammari, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Bagdad.
«Sobre todo porque las sanciones (…) están aumentando y las negociaciones nucleares [con las grandes potencias] parecen llevar a un acuerdo desfavorable para Irán», declaró.
Eso explica la «necesidad urgente» de Teherán por «guardar a Irak» en su esfera de influencia, señala. «El papel de Irán será más importante que durante los gobiernos anteriores», pronostica.
Tras la invasión estadounidense que derrocó al gobierno de Sadam Husein en 2003 [cuyo régimen llevó a cabo una guerra de ocho años contra Irán], Teherán logró tejer una red de influencia en el país a través de los políticos chiitas que dominan actualmente la vida política.
– «País en disputa» –
Estados Unidos observa de cerca este desarrollo.
«Irak es un país disputado entre Estados Unidos e Irán, y en tercera posición está Turquía, que ejerce una fuerte influencia económica y militar en el norte», resume Fabrice Balanche, de la Universidad Lumière Lyon 2.
«Con un proiraní a la cabeza del Estado iraquí, Irán podrá aprovecharse más de la economía iraquí», confirma.
La influencia iraní se refleja en los vínculos con los exparamilitares del Hashd Al Shaabi, que forman parte del ejército de Irak y gozan de un fuerte papel político.
El Marco de Coordinación, su coalición que integra varias facciones proiraníes, domina el Parlamento con 138 diputados de 329.
Su poder se está institucionalizando. A finales de noviembre, el gobierno iraquí confió a Hashd al Shaabi la gestión de una empresa de obras públicas con un capital de unos 68 millones de dólares.
La compañía es responsable de «rehabilitar y desarrollar» las infraestructuras — vivienda, hospitales, fábricas — en un país rico en petróleo, pero diezmado por décadas de conflicto, explica a la AFP un responsable de comunicación del Hashd, bajo condición de anonimato.
El jefe de la diplomacia iraquí, el kurdo Fouad Hussein, dijo recientemente que era «injusto» acusar al gobierno de estar vinculado con las autoridades iraníes. El ejecutivo muestra un «equilibrio» entre sus distintas fuerzas, argumentó.
Sin embargo, los partidos proiraníes parecen tener la vía libre después de que su rival Moqtada Sadr intentara en verano impedir la nominación de Sudani.
El hecho de que Irán goce de una influencia cada vez mayor en Irak no significa que Estados Unidos ya no juega ningún papel.
Las tropas estadounidenses permanecen aún en el país en el marco de la coalición internacional antiyihadista. «Estados Unidos permanece en Irak para no abandonar el país del todo a Irán», concluye Balanche.
AFP