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La Nación | La aerolínea inaugurada por Kirchner que nunca voló por su cuenta

Avión
Avión - referencial Pixabay

El 3 de septiembre de 2003, el presidente Néstor Kirchner, inauguraba la empresa Líneas Aéreas Federales S.A. (Lafsa).

En su discurso solo cabía la determinación de estar presentando ante la sociedad un gran proyecto. “Hay que terminar con los caprichos de los vuelos organizados por determinados grupos en forma monopólica. Quiero que Lafsa preste un gran servicio, para que Aerolíneas Argentinas -en ese entonces privada- preste también un gran servicio, y todo en beneficio de los argentinos”, destacó el mandatario, acompañado por el entonces ministro de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.

Lo escuchaba un puñado de ex empleados de LAPA y de Dinar, todos recientemente desempleados tras la quiebra de ambas compañías aéreas, quienes en los siguientes meses pasarían a ser los empleados de la aerolínea recién inaugurada. Cargaban un cartel rojo: “Señor Presidente, gracias por cumplir”. Kirchner siguió con más proyecciones: dijo que en alianza con la empresa Southern Winds (SW), hasta entonces en estado de quiebra, Lafsa llegaría a contar con una flota de hasta 15 aviones, con los cuales recorrería 30 rutas de cabotaje.

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Lafsa, en verdad, no había sido creada por el gobierno que la inauguró. La había fundado algunos meses atrás el expresidente Eduardo Duhalde, tan solo cuatro días antes de dejar la Casa Rosada, a través del decreto 1238/03, del 21 de mayo de 2003. El objetivo principal de esta nueva compañía era absorber a los empleados de las dos aerolíneas que habían dejado de volar en marzo y abril de ese mismo año, aplacando de esa manera el conflicto gremial que se había generado. En el decreto se aclaraba que la compañía aérea se encontraría de manera “transitoria y hasta su privatización, en la órbita estatal”, y decía también que el proceso de privatización debería iniciarse “dentro del plazo de 180 días” de iniciado el servicio.

Pero la empresa no solo nunca se privatizó, sino que en sus 10 años de existencia, nunca voló por su cuenta, solo mediante una alianza de un año y cinco meses con Southern Winds. En su primera etapa llegó a tener más de cien azafatas, diez pilotos, además de personal de rampa, gerentes de atención al público y empleados administrativos. En total, unos 934 empleados (cifra de enero 2004).

Pero luego, la aerolínea estatal pasó otros ocho años sin ningún tipo de actividad aerocomercial, el último tiempo envuelta en un proceso de liquidación mucho más largo de lo estipulado y aún con un presupuesto estatal de más de un millón de dólares y un puñado de empleados. Así acumuló dos denuncias, una de ellas impulsada por la Oficina Anticorrupción (2008), en la que señaló que, “pese a su limitada actividad comercial”, la compañía había gastado $459.000 en uniformes y $372.000 en capacitación. También denunció contratos fraudulentos y la incorporación de empleados que no provenían de Dinar y Lapa.

Con información de La Nación