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Opinión

El retorno de la democracia II: España

ORLANDO VIERA-BLANCO
ORLANDO VIERA-BLANCO

Existe cierto consenso en situar la transición política española a partir de la muerte del general Franco el 20/11/1975, cuando el denominado Consejo de Regencia asumió de forma transitoria la jefatura del Estado, hasta que Juan Carlos I de Borbón-designado seis años antes por Franco como su sucesor a título de rey- fue proclamado ante las Cortes y el Consejo del Reino.

El rey confirmó en su puesto al presidente del Gobierno del régimen franquista, Carlos Arias Navarro. Sin embargo, pronto comenzaría un largo capítulo de dificultades, protestas, quiebres y careos, que lograron su redención política con la constitución conservadora española de 1978.

De Arias Navarro a Adolfo Suarez y Calvo Sotelo

Tradicionalmente se ha visto la transición española a la democracia como un proceso histórico sencillo, pilotado por las élites políticas —Adolfo Suárez, Juan Carlos I y Torcuato Fernández-Miranda—mentor de Suarez. El motor de la transformación fue el voto, la persuasión y el diálogo de los dirigentes políticos. “El consenso como lema de la Transición, a propósito del logro de la Constitución en 1978 por acuerdo de la mayoría de las fuerzas políticas, sigue siendo una imagen mental recurrente” (Ortiz Heras, 2011: 341). Pero la historia revela otras realidades.

La dificultad de llevar a cabo reformas políticas bajo el gobierno de Arias Navarro produjo un distanciamiento con el Rey Juan Carlos I. El rey exigió su dimisión el 1/7/1976 y Arias Navarro se la presentó. Le sustituyó Adolfo Suárez quien encaró conversaciones con los principales líderes de los diferentes partidos políticos de la oposición democrática y fuerzas sociales […] Se promulga la nueva Ley Fundamental para la Reforma Política.

Esta ley para algunos historiadores, “no reformaba nada, aunque significaba, con la sola convocatoria de elecciones generales por sufragio universal, el fin del mencionado Consejo Nacional y de las Cortes”. De ahí el duro debate entre reformistas y el “búnker”, que se oponía a cualquier desmantelamiento del régimen.

En medio de protestas, ataques terroristas, huelgas y tractoradas, se convocó un referéndum para que la población apoyara la reforma. El día 15/12/1976, se celebró el plebiscito: El 94,17% votó a favor del sí, un 2,56% por el no, 2,97% prefirió la abstención y un exiguo 0,3% votó nulo. La participación fue del 77,8% y la abstención un 22,27%. En la práctica esto permitía a Suárez darle legitimidad a la reforma controlada por dirigentes franquistas.

Como consecuencia de su aprobación la Ley se promulgó el 4/01/1977. Deroga el sistema político franquista y convoca a elecciones democráticas. Las elecciones se celebraron el 15/06/1977…La coalición Unión de Centro Democrático (UCD), liderada por Adolfo Suárez, resultó la candidatura más votada, aunque no alcanzó la mayoría absoluta y fue la encargada de formar gobierno. A partir de ese momento comenzó el proceso de construcción de la democracia en España […] El 6/12/1978 se ratificó en referéndum la Constitución española con el 87,78 por ciento de votos favorables, que representaban el 58,97% del censo electoral.

La Constitución española de 1978. Otra Pepa…

Entre 1976 y 1979 el número de huelgas y manifestaciones fue en aumento. Se pasó de 1194 huelgas a 2680 en 1979. Ejemplos fueron las huelgas del 25F-76 [transportistas]; la del día 27F-76 en Sabadell, donde cuarenta mil trabajadores secundaron una huelga política en reivindicación de libertad y democracia, o el 3/3/76 y los llamados “sucesos de Vitoria”…

Cuatro mil trabajadores encerrados en asamblea en la iglesia de San Francisco de Asís fueron atacados por la policía. Esta usó gases lacrimógenos y fuego contra los obreros. Como resultado de esa operación murieron 5 personas y más de 150 fueron heridas por las balas de goma […] El gobierno de Suárez llega en momentos de grandes tensiones y enrarecimiento de la situación política [Julio 1976]. Crece la represión y a su vez, la actividad terrorista.

Suárez haciendo gala de su elasticidad política desde su fachada falangista-conversa, convence a liberales, socialdemócratas y democristianos votar la reforma que abre el camino a una nueva constitución liberal, al estilo La pepa de 1812.

El papel de la Sociedad Española

¿Qué papel tuvo la sociedad española en esta primera fase de la Transición? Los movimientos sociales y culturales–como la canción protesta–fueron relevantes para el cambio político. La importancia de la movilización ciudadana fue vital para lograr las primeras elecciones generales libres desde 1936.

Ante el incremento de la conflictividad social durante el verano de 1976 [Suárez] decidió cambiar de rumbo. La citada estrategia de la Reforma para redactar una nueva Constitución establecía una España soberana y unificada, conservadora, monárquica, bajo un sistema bicameral. Un senado de 250 miembros de los que 40 los escogería el rey. La oposición se vio obligada a abortar la ruptura democrática e impedir a Suárez avanzar con esa reforma. Se iniciaba un nuevo contexto de lucha. No sólo en la calle sino también en las urnas.

La tensión tras los atentados de Atocha [Enero 1977] siguió creciendo. Crece la inestabilidad política del país y el malestar del ejército. Este veía con malos ojos la legalización de los comunistas. Pero la mediación del rey Juan Carlos posibilitó que el ejército permaneciera fiel al Gobierno. La habilidad de Suárez como negociador y su determinación para ir a elecciones, dio el leverage [balance] para legitimar y movilizar.

Finalmente, los comicios el 15/06/1977. La UCD [partido de Suárez] cosechó buenos resultados gracias a su implantación en el medio rural, favoreciendo la sindicación de agricultores. Logran el 34,4% de los votos y 165 diputados. El PSOE, segunda fuerza, alcanzó el 29,32% y 118 escaños. El PCE lograba la tercera posición con un 9,33% y 20 diputados y Alianza Popular obtenía 8,21% y 16 representantes. La sola participación del Partido Comunista Español dio valor a las elecciones de 1977.

Una luz: De elecciones generales 1977 a la alternancia…

Adolfo Suárez fue adaptándose a las circunstancias abriendo y cerrando la mano en función del momento. Un verdadero esgrimista político. Mano de seda y mano enguantada, sin recule. Un modelo de negociación política tolerante y tenaz a la vez.

La constitución de 1978 fija la división de poderes. El Rey es jefe de Estado, pero no preside ninguno de los 3 poderes…A principios de 1981 dimitió Adolfo Suárez. Leopoldo Calvo-Sotelo (UCD) es elegido como sucesor. Se produce una intentona dirigida por el Cnel. de la Guardia Civil Antonio Tejero, el general Alfonso Armada y el teniente general Jaime Miláns del Bosch. El golpe, conocido como 23-F, fracasa…

El año 1986 España ingresó en la Comunidad Económica Europea que se transformó en 1992 con el tratado de Maastricht en la actual Unión Europea (UE). En 1992 dos grandes eventos dieron gran proyección internacional a España: la Exposición Universal de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona…En 1996 ganó las elecciones el Partido Popular [PP]con José María Aznar como presidente hasta el 2004. En este mismo año ganó las elecciones el PSOE con Rodríguez Zapatero y estuvo en el poder hasta 2011. Lo más significativo durante su mandato fue la legalización del matrimonio homosexual en el año 2006, gran avance para el movimiento LGTBIQ.

Desde el año 2011 a 2019 fue presidente de gobierno Mariano Rajoy (PP). Mariano Rajoy se convirtió en el primer presidente de gobierno en dejar su cargo por una moción de censura. Desde Enero de 2020 el PSOE en coalición con Unidas Podemos formó gobierno siendo Pedro Sánchez (PSOE) presidente y vicepresidente Pablo Iglesias (Unidas Podemos).

En conclusión, la transición española exhibe tres rasgos esenciales: i.- Un liderazgo diestro en negociación política y voluntad reformista; ii.-Movilización ciudadana integral [sindicatos, gremios, agricultores] y iii.-Consenso de una España liberal, unida, independiente y soberana.

Pero es justo acotar más que capacidad de consenso hablamos de persuasión y carácter. Más que una élite política pro-monarquía, hablamos de un movimiento de movimientos ciudadanos, que tuvo su justo medio en una España unida bajo la bisagra de la democracia, la monarquía constitucional y la unidad territorial. Más que una élite, una nación decidida a redimir la guerra civil.

Inmenso crédito a un Suárez-austero, serio, coherente y regio-que impulsó un nuevo orden liberal y democrático aún siendo identificado con Franco, proyectando una transición política exitosa que hoy se resiste a retroceder. Tomemos nota.

Nuestra próxima entrega, la revolución de los claveles: Portugal 1974.

ORLANDO VIERA-BLANCO (@ovierablanco)