La economía global se acerca un poco más a la recesión, en la que caerán varios países desarrollados en 2023, advirtió este martes el Fondo Monetario Internacional, preocupado por la inflación y el impacto de la guerra en Ucrania.
El FMI mantuvo la previsión de crecimiento para 2022 en 3,2%, un porcentaje que ya cambió en tres ocasiones este año, pero bajó por cuarta vez sus expectativas para 2023, ahora de 2,7% (0,2 puntos porcentuales menos que lo pronosticado en julio).
«Existe un 25% de posibilidades de que el crecimiento global caiga por debajo del 2% el año que viene, un mínimo históricamente bajo que solo se ha visto cinco veces desde 1970 en el mundo, sobre todo durante el shock petrolero o la crisis financiera de 2008», declaró a la AFP el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, en Washington.
«Y hay una probabilidad del 10 al 15% de que el crecimiento mundial sea inferior al 1%, o que el PIB per cápita se estanque, lo que significaría que las cosas van realmente mal», añadió.
Las tres locomotoras globales -Estados Unidos, China y Europa- se están desacelerando, sobre todo por el efecto de la inflación persistente que está afectando a las economías desarrolladas y más aún a los países emergentes y en desarrollo, y que debería llegar al 8,8% de media a nivel mundial este año (+0,5 puntos porcentuales respecto a las previsiones de julio).
«Nos acercamos al ajuste monetario, pero aún no hemos llegado, por lo que los bancos centrales deben mantener el rumbo», señaló Gourinchas.
«Pero eso no significa que tengan que frenar bruscamente, solo que han anunciado una tendencia, tienen que seguirla».
La buena noticia es que la inflación global debería haber alcanzado su punto máximo en el tercer trimestre (9,5%) y comenzar a bajar a partir del último trimestre de 2022 hasta situarse en el último trimestre de 2023 a un nivel comparable al de 2021 (4,7%).
La desaceleración afecta a los países más ricos, empezando por Estados Unidos, que sólo crecerá 1,6 % en 2022, frente al 2,3 % previsto en julio. Y 2023 podría ser más difícil todavía con un 1%.
La situación no es mejor en la zona euro pese a que el crecimiento será de 3,1% en 2022, mejor de lo esperado en julio (+0,5 pp). Y es que en 2023 rozará la recesión, con un crecimiento del 0,5% (-0,7 pp respecto a las previsiones de julio).
Y para algunos Estados miembros, como Alemania e Italia, la recesión parece inevitable (-0,3% y -0,2% respectivamente), mientras que Francia se libra por poco, con un crecimiento del 0,7%, al igual que el Reino Unido, excluido de la UE, con un 0,3%. Mejor suerte corre España, que crecerá 1,2%.
– Países emergentes –
Para China, la segunda economía mundial, 2022 será su peor año en más de cuatro décadas con la excepción del embate de la pandemia en 2020, con un crecimiento previsto de solo 3,2%, que subirá en 2023 a 4,4%.
Se debe a los continuos confinamientos provocados por la política de tolerancia cero frente al covid-19 en varias ciudades, incluido el eje económico, Shanghái.
Pese a este contexto global sombrío, algunas regiones mejoran.
Es el caso de Rusia, cuya economía soporta el peso de las sanciones que le impusieron sobre todo Estados Unidos y la Unión Europea por haber invadido Ucrania. Este año experimentará una contracción del 3,4% (mejor que la prevista).
Rusia será, sin embargo, la única economía del G20, que se reunirá el miércoles en Washington, que sufra una recesión este año.
También mejoran las previsiones para América Latina y el Caribe, con un crecimiento del 3,5% (+0,5 pp) debido a una actividad más fuerte de lo esperado en el primer semestre, aunque bajan para 2023 a 1,7% a medida que «se debilita el crecimiento en países socios, las condiciones financieras se endurecen y los precios de las materias primas se moderan».
Brasil y México, primera y segunda economía regionales respectivamente, crecen menos de la media regional pero salen bien paradas en comparación con otras naciones emergentes.
Para Brasil, en plena campaña para el balotaje presidencial del 30 de octubre, el FMI vaticina un crecimiento de 2,8% para 2022 (+1,1 pp respecto a la previsión de julio) y de 1% en 2023 (-0,1 pp).
La proyección para México, en tanto, es de 2,1% este año (-0,3 pp) y de 1,2% el que viene (sin cambios).
A nivel global el futuro sigue siendo incierto y las previsiones, sobre todo para 2023, sólo son válidas si «las expectativas de inflación a largo plazo se mantienen estables» y el endurecimiento de las políticas monetarias «no induce a una recesión generalizada y ajustes desordenados en los mercados financieros globales».
AFP.