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Venezuela

Boliburgués venezolano usa a Luxemburgo para mover el dinero

Cuando las arcas estatales estaban repletas de petrodólares, el gobierno venezolano otorgó contratos de miles de millones de dólares a un grupo pequeño de empresarios que trasladaron gran parte de sus recien obtenidas fortunas a Europa antes de colocar parte en el Sur de la Florida.Entre ellos se encontraba Alejandro Betancourt López, un venezolano joven y temerario que hasta ahora ha evitado cargos judiciales en Europa y Estados Unidos. El empresario aparece en una serie de registros corporativos de Luxemburgo filtrados, documentos que muestran que él controla a un número de compañías en el paraíso fiscal europeo que hasta este momento eran desconocidas.

Fiscales federales de Miami han presentado cargos contra más de una docena de nuevos ricos venezolanos, llamados boliburgueses, que presuntamente amasaron inmensas fortunas a través de esquemas de corrupción adquiridos mediante pagos de millonarios sobornos a funcionarios de los gobiernos del fallecido Hugo Chávez y de su sucesor, Nicolás Maduro.

Los venezolanos son solicitados por la justicia de Estados Unidos luego que las autoridades recabaran pruebas de que habían utilizado el sistema bancario y mercado inmobiliario estadounidense para ocultar dinero sucio.

Bajo investigación por más de cinco años, Betancourt astutamente ha evitado hacer uso del sistema bancario y el mercado inmobiliario estadounidense, invirtiendo la mayor parte de su riqueza en compañías de maletín registradas en España, Suiza y, más recientemente, Luxemburgo, el diminuto país europeo que se ha convertido en una paraíso fiscal predilecto de magnates que buscan total confidencialidad y beneficios fiscales.

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El nombre de Betancourt aparece como el “beneficiario real” en al menos cuatro empresas registradas en Luxemburgo, según se enteró el Miami Herald.

Se trata de Latin America Ventures Sarl, Gainsboro Developments, Ming International y O’Hara Financial, cuyos registros corporativos muestran que han sido utilizadas para canalizar cientos de millones de dólares para una serie de negocios que van desde operaciones de exploración de petróleo y servicios de transporte hasta la producción de lentes oscuros, todos ellos fuera de Venezuela que fue donde inicialmente hizo su fortuna.

Betancourt listó sus empresas en el registro de corporaciones de Luxemburgo, como lo exigió la Unión Europea en el 2019, tras adoptar una nueva política contra el lavado de dinero que buscaba combatir a compañías offshore establecidas para evitar el pago de impuestos y lavar fondos ilícitos.

Aunque ahora es público, el registro de Luxemburgo es muy difícil de navegar y carece de instrumentos para buscar a las compañías en base a los nombres de sus propietarios. Solo pueden buscarse los registros si ya se tienen los nombres de las empresas, lo cual significa que es imposible descubrir si alguien es el dueño beneficiario de una empresa si no se tiene de antemano el nombre de la compañía.

El Miami Herald y su compañía matriz, McClatchy, se unieron a 17 medios de comunicación alrededor del mundo –incluyendo al diario francés Le Monde, la publicación alemán Süddeutsche Zeitung y el consorcio periodístico The Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP)– para analizar el registro corporativo de Luxemburgo, el cual contiene información sobre más de 140.000 empresas activas, en una iniciativa bautizada con el nombre OpenLux.

Le Monde recopiló toda la información del registro y construyó una base de datos que permite a los integrantes del proyecto hacer búsquedas bajo los nombres de los dueños beneficiarios de las compañías para después contrastar la información con la de las empresas de maletín.

El abogado venezolano Alejandro Rebolledo, un experto en el lavado de dinero, dijo que Luxemburgo se ha convertido en un lugar ideal para que empresarios como Betancourt escondan millones de dólares que las autoridades europeas y estadounidenses sospechan están contaminados por contratos obtenidos a través de la corrupción.

Betancourt y otros empresarios –incluyendo su primo y ex socio, Francisco Convit Guruceaga, quien enfrenta cargos judiciales en el Sur de Florida—usan Luxemburgo y otras jurisdicciones opacas para establecer compañías fantasmas y mover fondos a través de ellas, dijo Rebolledo.

“Esta es una red de empresas que crea capas para transferir dinero con el fin de diversificarlo y ocultarlo”, dijo Rebolledo.

Los abogados de Betancourt, Jon Sale y Frank Wohl, dicen que Betancourt solamente está utilizando las empresas para inversiones legítimas, asegurando que no está ocultando la información.

“Los activos y fuentes de ingresos del Señor Betancourt son perfectamente legales”, dijeron sus abogados en un comunicado difundido el miércoles. “No están ocultos. De hecho, su participación en las empresas de Luxemburgo ha sido divulgada públicamente y está a la vista de todo el mundo. Él es un empresario legítimo y muy exitoso que no ha infringido ninguna ley”.

El abogado defensor de Convit, Adam Kaufmann, no respondió a las solicitudes de que comentara.

Betancourt, de 39 años, es uno de los presuntos cómplices no identificados en un caso de corrupción y lavado de dinero por $1,200 millones introducido hace tres años en Miami.

MONEY FLIGHT

La acusación federal alega que el socio y primo del empresario, Convit, orquestó un esquema a través del cual préstamos en bolívares a Petróleos de Venezuela (PDVSA) fueron repagados en dólares tres meses después por la empresa estatal por un monto que hacía uso de las distorsiones del mercado cambiario para multiplicar por más de diez veces la inversión inicial.

Además de Betancourt y Convit, la acusación también presenta como presuntos conspiradores a los tres hijastros de Nicolás Maduro –Yosser Gavidia Flores, Walter Gavidia Flores y Yoswal Gavidia Flores—y al controversial empresario venezolano Raúl Gorrín, quien también enfrenta en Miami cargos por corrupción relacionados con otro caso.

Según fuentes familiarizadas con el caso de los $1,200 millones, la mayor parte de las ganancias generadas terminaron en Malta, España y Suiza, pero también en Miami.

El caso, denominado Operation Money Flight, es uno de una media docena de investigaciones de corrupción, lavado de dinero y narcotráfico involucrando a altos funcionarios o a personas ligadas al régimen de Caracas que se llevan a cabo simultáneamente en las fiscalías de Miami, Houston y Nueva York.

La presunta participación de Convit en el caso, designado como un fugitivo al igual que varios de los otros acusados, está documentada en una serie de correos electrónicos y grabaciones tomadas por un informante federal, muestra la acusación de la fiscalía.

Las investigaciones apuntan a que Convit le dio a Betancourt alrededor de $85 millones de los fondos obtenidos a través del esquema de corrupción, dijeron varias fuentes policiales con conocimientos del caso así como documentos de la corte.

Aunque Betancourt no es identificado bajo su propio nombre en el caso federal, varias fuentes familiarizadas con la investigación aseguran que él es el “Conspirador 2” que aparece entre la decena de conspiradores venezolanos anónimos y funcionarios del régimen acusados por la fiscalía.

La acusación federal alega que el “Conspirador 2” estaba entre el círculo de boliburgueses y funcionarios del gobierno que recibieron cientos de millones de dólares de PDVSA a finales del 2014 como pago por el préstamo en bolívares que le otorgaron a la petrolera estatal.

Betancourt, quien creció con Convit en Caracas y asistió a la Universidad de Suffolk en Boston, fundó una compañía de energía llamada Derwick Associates con él y con otro primo hace una década.

El gobierno venezolano otorgó a la compañía jugosos contratos de electricidad y de petróleo muy poco después, pese a su relativa falta de experiencia en el sector, gracias a las buenas relaciones de Betancourt con el fallecido presidente Chávez y con algunos altos funcionarios de su gobierno.

Según informes de prensa, Betancourt luego se distanció del sucesor de Chávez, Nicolás Maduro, y sus allegados y ha brindado apoyo a los líderes de la oposición en Venezuela.

Mientras Convit emergía como el principal sospecho en el caso de corrupción de Miami, Betancourt vivía en un castillo a las afueras de Madrid y diversificaba sus inversiones en Suiza, transfiriendo cientos de millones de dólares a las empresas fantasmas creadas en Luxemburgo, el paraíso fiscal encajado entre Francia, Alemania y Bélgica, muestran los registros corporativos.

Betancourt y Convit apenas tenían treinta años cuando fundaron a Derwick, una empresa eléctrica constituida en Barbados en 2011.

Pese a carecer de gran experiencia, obtuvieron del gobierno de Chávez contratos sin pasar por un proceso de licitación para construir plantas de generación eléctrica en Venezuela.

Según un informe de 128 páginas de la ONG Transparencia Venezuela, capítulo local de la organización que monitorea la corrupción alrededor del mundo, Transparencia Internacional, Derwick Associates recibió 11 contratos de construcción valorados en $5,000 millones. Esos contratos acumularon una sobrefacturación de $2.900 millones, resaltó el informe ampliamente reportado por la prensa local y de otros países.

En esa misma época, Betancourt y Convit establecieron a Derwick Oil & Gas Corp. en Barbados en 2011.

Derwick entró en una empresa conjunta altamente rentable con la estatal rusa Gazprombank, a la que se le otorgó el derecho de explorar un campo petrolero conocido como Petrozamora, teniendo acceso a una de las joyas de la industria venezolana.

El papel que jugaron los socios venezolanos en el proyecto se mantuvo en secreto hasta que fue finalmente develado por el blog de investigación, Infodio. La empresa Derwick-Gazprombank contaba con el visto bueno del Zar de Petróleo de Chávez, Rafael Ramírez, quien posteriormente declaró públicamente que él no estaba al tanto de que Derwick estaba involucrado en la operación.

Ramírez vive actualmente en Italia y uno de sus más importantes lugares tenientes, el ejecutivo petrolero que hoy reside en España, Nervis Villalobos, ha sido acusado por un caso de corrupción que involucra a PDVSA y que es llevado en Houston.

EL RASTRO DE LUXEMBURGO

Los registros corporativos muestran que Convit se convirtió en director de una fundación holandesa, Stichting Administratiekantoor DOG, y que utilizó a esa empresa en agosto de 2015 para crear en Luxemburgo a Latin America Ventures SARL, entidad que finalmente recibió fondos de la bonanza petrolera de Petrozamora.

Los registros también muestran la relación de Betancourt con Stichting y que Latin America Ventures es de su propiedad.

Latin America Ventures posee más de $300 millones en activos y presenta a Betancourt como su único dueño beneficiario, según los registros corporativos de Luxemburgo.

Convit dejó de dirigir a la fundación holandesa detrás de la empresa después que fue acusado formalmente en Miami y fue reemplazado por Orlando José Alvarado Moreno, director de Derwick en Caracas que figura como administrador en la mayoría de las empresas de Betancourt y quien le ha asesorado en muchas inversiones.

Además de controlar Latin America Ventures, Betancourt es el beneficiario final de otras tres empresas en Luxemburgo: Gainsboro Developments, registrada en 2015; Ming International, en 2016 y O’Hara Financial S.A., en 2018. Cada una de ellas parece ser un vehículo para mover los activos del empresario venezolano a su cartera de inversiones, según los documentos corporativos que aparecen en el registro de Luxemburgo.

Al igual que Latin America Ventures, Gainsboro Developments sirve de intermediario entre principales inversiones de Betancourt, principalmente en España, que incluye una empresa de empleos temporales y servicios de transporte. Otra de las empresas de Betancourt en Luxemburgo, Ming International, invierte en una empresa de lentes oscuros de moda, Hawkers, que se asoció con la estrella del fútbol, Lionel Messi, para diseñar una línea de gafas, según los registros corporativos de Luxemburgo.

La cartera en Luxemburgo de Betancourt también incluye una cuarta empresa: O’Hara Financial S.A., que los registros corporativos de Delaware muestran como propietaria de un jet privado Falcon 2000.

En los últimos años la aeronave ha sido vista en el Reino Unido, España, los Países Bajos y las islas portuguesas de las Azores, además de Polonia y Rusia.

Pero antes de que Luxemburgo comenzara a ser vista como una alternativa para esconder activos extranjeros, Suiza y su altamente confidencial sistema bancario habían sido favorecidos para guardar los inmensos portafolios de los boliburgueses venezolanos, según muestran los registros suizos y de Estados Unidos.

Betancourt, Convit y otras personas cercanas al gobierno de Chávez, incluyendo a los hermanos venezolanos Luis e Ignacio Oberto y Gorrín, han sido investigados por las autoridades estadounidenses en Miami desde 2016, todos ellos bajo sospecha de que pagaron sobornos masivos a altos funcionarios del gobierno para tener acceso a las grandes oportunidades de negocios.

Si bien los hermanos Oberto, dueños de lujosos apartamentos con vista a Miami Beach, no han sido acusados, Gorrín si lo fue en el 2018 por presunta conspiración de lavado de dinero y de obtener ganancias por cientos de millones de dólares a dos ex tesoreros de la nación, Alejandro Andrade, quien se declaró culpable y fue condenado a 10 años de prisión, y Claudia Díaz, que aguarda extradición de España.

Antonio Baquero y Nathan Jaccard del Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) colaboraron en esta historia.

 

TRABAJO ESPECIAL PUBLICADO POR EL Miamiherald.com