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Venezuela

La Gran Aldea | Habla la juventud sobre Venezuela

Convocados por La Gran Aldea, cuatro jóvenes, con interés social y político hablan sobre Venezuela, sus retos actuales, la democracia y el populismo, el cambio político y la primaria de la oposición.

«A los políticos en Venezuela tienen que arrancarle la renta petrolera de las manos», dice Alejandro Conejero, urbanista de la Simón Bolívar y ex dirigente estudiantil.

Pedro Urruchurtu, que solo tenía ocho años cuando Chávez llegó al poder, coordinador de temas internacionales en Vente Venezuela, el partido que lidera María Corina Machado; la politóloga Ana Milagros Parra, que extraña Maracaibo y está habituada a post muy seguidos en Twiiter; el activista LGBTIQ+ Yendri Velásquez, miembro del Observatorio de Violencia, y Alejandro Conejero, urbanista de la USB donde también fue dirigente de su Federación de Centros estudiantiles, conversan con Adriana Núñez Rabascall. El Tema: Habla la juventud sobre Venezuela.

Son jóvenes inquietos, que andan si acaso sobre los treinta años o cerca de esa edad, con una referencia lejana de la vida democrática venezolana, quizás contada por otros y fruto de la lectura, que tienen esperanzas de una vida mejor y reclaman al liderazgo político que diga la verdad, que asuma errores y que, en referencia a gente como ellos, a jóvenes de todos los estratos sociales, sea capaz de escucharlos y dejar de instrumentalizarlos cuando se acerca una campaña y se necesitan votos.

Ana Milagros Parra, politóloga, muy activa en las redes sociales, cree que la mayoría de los jóvenes no le presta atención a la política y explica la ausencia de una campaña para que los jóvenes se inscriban para votar como una falla de la clase política que no sabe para qué quieren que vayan a inscribirse. “Le hablan a una pared sin feedback”, añade.

Pedro Urruchurtu, politólogo, y que forma parte de un partido con intención de ser gobierno, siente en cambio que el país se despertó a partir de la primaria opositora. Sin embargo, falta, dice, una oferta política atractiva.

Yendri Velásquez, activista de Derechos Humanos LGBTIQ+ y miembro del Observatorio de Violencia que mira con preocupación cómo en la oferta política para los jóvenes no existe una agenda de derechos humanos y hasta la misma respuesta humanitaria compleja se ha quedado corta para atender las necesidades de las juventudes. “A las personas LGBTIQ la realidad nos golpea cada día y no está en la agenda de discusión pública”, señala, a la vez que reclama un proyecto democratizador pero advierte que los derechos de los jóvenes no están en pausa hasta que haya una transición democrática. “Tenemos que tener claro que ahora más que nunca la solidaridad es la que nos llevará adelante. Y en estos contextos autoritarios nadie absolutamente puede solo”.

Alejandro Conejero, urbanista, ex dirigente estudiantil y quien se presenta y define como un político en ejercicio, cree que el rol de los jóvenes en la actividad política es el de buscar el poder para liderar un proceso transformador. “Y eso significa, explica, pensar, proponer y convencer a la gente de unas ideas”. Conejero se rebela contra la idea de que los jóvenes sean tratados como si fueran infantes.

Los cuatro, interpelados por Adriana Núñez, se acercan al fenómeno del populismo. Urruchurtu no le cree posible en Venezuela porque la economía rentista está derrotada y en retirada y no hay plata, lo que a su juicio es lo que sostiene a esos populistas tropicales. Lo que parece compartir Parra que, sin embargo, cita a Bukele, lo reconoce autoritario y populista, pero refiere que la gente de su país, El Salvador, dice que le está resolviendo algo. Velásquez reclama educar en democracia -una deuda del liderazgo político-; y Conejero propone arrancarles a los políticos -y él se mete en el caso- la renta petrolera de las manos. “Ya basta de que administren lo que es de todos”, afirma.