No es un secreto que la grave situación de Venezuela hizo que millones venezolanos emigrarán, muchos a tierras más lejanas que otras; sin embargo, los que vieron la oportunidad en países cercanos de Latinoamérica vieron una alerta y decidieron ir más allá, ir hasta Estados Unidos (EEUU).
Ante esto, The New York Times recogió la historia de Victor Rojas, estudiante de música en una universidad de Caracas, quien llegó a Colombia a tocar el violín por propinas en las calles de Bogotá.
No obstante, a los pocos meses de llegar, recibió un permiso especial de residencia que tiene como objetivo atender a la oleada de inmigrantes venezolanos. Con el tiempo, sus actuaciones callejeras se convirtieron en presentaciones regulares en bodas y graduaciones y el permiso le permitió formalizar su creciente negocio y obtener un apoyo económico.
El programa de permisos creado por Colombia en 2021 y que recibió el apoyo de Estados Unidos, fue aclamado como innovador y generoso, en particular para un país con poca experiencia en flujos migratorios masivos y se consideró un modelo potencial para los desplazamientos a gran escala en otras regiones.
Rojas, de 26 años, comentó que su estatus de residente “cambió absolutamente todo”.
“Tuve acceso a la salud, tuve acceso a entidades bancarias”, agregó.
Sin embargo, cuando se analiza desde otra perspectiva, esta política se está quedando corta, por lo que muchos venezolanos han salido de Colombia con dirección a Estados Unidos y han contribuido con la cantidad récord de venezolanos que llegaron a la frontera estadounidense el año pasado.
Aunque no hay datos disponibles sobre la cantidad de venezolanos con permiso colombiano que han emigrado, muchos de los que van rumbo al norte afirman que decidieron abandonar Colombia porque no ganaban lo suficiente como para mantener a sus familias.
Aunque Rojas ha encontrado estabilidad económica en Colombia, mencionó que no tenía planes de que el país fuera su hogar permanente.
Rojas comentó que, como creció estudiando música clásica, siempre soñó con ir a París y Nueva York, ciudades “de donde viene todo eso que me mueve el alma”.
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