El criminalista británico Karim Khan, de 51 años, es el nuevo fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (TPI), el tercero desde la apertura de la institución, en 2002.
Se juramentó este miércoles y prometió comunicarse con naciones que no son miembros del tribunal para tratar de realizar juicios en los países donde se cometen delitos.
“La prioridad para mí y creo que es el principio del Estatuto de Roma, no es concentrarme tanto en dónde se celebran los juicios como asegurar que se lleven a cabo la búsqueda de rendiciones de cuentas y la erosión de la impunidad”, expresó Khan luego de asumir.
¿Quién es Karin Khan?
Especialista en derecho penal internacional, tiene conocimientos que han sido validados especialmente con asesoría del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, un rol que lo llevó a encabezar la misión que reúne pruebas sobre los crímenes cometidos por el Estado Islámico.
Desde finales de los 90 trabajó en múltiples casos en fiscalías de Tribunales Internacionales Especiales para la antigua Yugoslavia y Ruanda, al igual que para Camboya, Líbano y Timor Oriental. Esto ha hecho que mantenga una conexión estrecha con la CPI.
Se ha caracterizado por la reputación de sus clientes, puesto que defendió causas tanto de victimarios como de víctimas. Una de sus labores más polémicas fue la defensa del exvicepresidente del Congo, Jean-Pierre Bemba, puesto que logró absolverlo de los 18 años de prisión a los que había sido condenados por crímenes de guerra y lesa humanidad, cometidos por sus tropas en el República Centroafricana a mediados de 2002.
Otro nombre pesado en su cartera de clientes fue el de Saif al-Islam, hijo del fallecido dictador de Libia, Muamar al Gadafi. La CPI aún se encuentra en búsqueda y captura de al-Islam por crímenes de lesa humanidad.
En 2006 asumió la defensa del expresidente de Liberia, Charles Taylor, en el Tribunal Especial para Sierra Leona. Sin embargo, Taylor – uno de los hombres más temidos de África Occidental, despidió al abogado para encabezar su propia defensa.
Khan se mudó a Bagdad y empezó a reunir pruebas de los crímenes cometidos por yihadistas en Irak, con la finalidad de defender a las víctimas en un posible juicio internacional el EI.
Khan se enfrenta a tareas como decidir sobre el destino de varios casos bajo examen preliminar, como Bolivia y Venezuela, la admisibilidad de casos sobre Colombia, Filipinas o Guinea, o las investigaciones por los crímenes contra los rohinyá en Myanmar, los crímenes en Darfur (Sudán), la República Centroafricana, Libia, Kenia o Mali.
También debe decidir si continúa investigando posibles crímenes de guerra cometidos en territorios palestinos; y hereda la investigación de los crímenes de guerra cometidos en Afganistán, un asunto que provocó una disputa entre Bensouda y el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.