Luego de tres años fuera de su país natal, la actriz mexicana regresó y ofreció un rueda de prensa donde aseguró que demandará a las autoridades de su país por acoso y vincularla con el narcotráfico y específicamente con el mayor capo de droga, el Chapo Guzmán.
Castillo señaló específicamente al Expresidente Enrique Peña Nieto por haber filtrado a los medios de comunicación las conversaciones (por mensajes) que mantuvo con el narcotraficante mientras este huía del Ejército y la Marina. Para Castillo esta acción del gobierno mexicano la estigmatizó como parte de una banda del crimen organizado, así como los señala por haberle negado el acceso a la investigación que llevaban en su contra.
«Reunirse con El Chapo no es delito», dijo uno de sus abogados en rueda de prensa, a lo que la actriz agregó «Ninguno de los productores que me acompañaron aquella noche con El Chapo ni Sean Penn han sido investigados. Solo yo, por mi condición de mujer y quizá por ser crítica con el Gobierno».
La llegada de Kate coincide con la investidura en el poder del electo Presidente de México, Andrés López Obrador, quien le ha brindado su solidaridad a la actriz.