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Venezuela

El saxofón que recorre “apagadas” calles de Caracas

Con el pesado estuche a cuestas, Jesús Jiménez, saxofonista ambulante, de 23 años, camina por las calles de Caracas para tocar frente a un público que no lo está esperando, pero que lo despide con aplausos.

“Si veo que el ambiente está un poco apagado trato de animarlo con un poquito de música”, dice este joven a la Voz de América, desde una modesta casa donde alquiló una habitación para vivir con su esposa y dos hijos, de 4 y 3 años.

“Mucha gente me verá joven y dirá; ‘ay, él lo hace porque le gusta’, pero no saben lo que hay detrás de ese muchacho, la responsabilidad, la carga familiar que hay”, sigue.

Hasta hace unos meses, Jiménez integraba el exitoso Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, un plan estatal para la difusión de la música entre niños y jóvenes de zonas populares, que fue fundado por el fallecido maestro José Antonio Abreu en 1975 y cuya cara más visible es el director de la Filarmónica de Los Ángeles, Gustavo Dudamel, formado en el seno del proyecto.

“Yo veo que el Sistema de Orquestas es una buena propuesta porque es tu iniciación al mundo musical, te enseñan (…) te dan tu sueldo, te dan una seguridad, un piso. Pero, yo digo ‘hasta aquí’”.

Jiménez vio que era “más factible” trabajar por su cuenta que seguir en “El Sistema”. “Tenía que cumplir un horario y me chocaba bastante con los eventos y los compromisos”. Entonces lo dejó.

Como saxofonista en el Sistema de Orquesta, Jiménez recibía “unos 200 dólares” aproximadamente. Y “saliendo todos los días y con los eventos duplico esa cantidad, incluso hasta más”, agrega.

Su motor no es meramente un tema económico. “Yo quería más acción, estar más cerca del público”, continúa Jiménez, que ya tanteaba las calles desde 2018, inspirado por el saxofonista italiano Daniele Vitale, que cuenta con más de 4 millones de seguidores en YouTube.

“Me la pasaba investigando en Internet (…) Vi un youtuber, un saxofonista italiano, Daniele Vitale. Él salía a exponer su talento en las calles, a tocar en esos bulevares de Italia, vi que era una buena iniciativa, que la gente le colaboraba, se daba a conocer, iba bien vestido”.

En Venezuela es poco común ver a músicos callejeros tocar en las calles, metros o espacios públicos. Ordenanzas municipales lo regulan.

Voz de América